No dejes morir tus llamas;
Caldea mi sordo corazón,
¡Voluptuosidad, cruel tormento!
Diva! supplicem exaudî!
Diosa en el aire difundida,
Llama de nuestro subterráneo,
Escucha a un alma consumida... la puerta de la derecha es la del cementerio la ermita de San Ronque nevada