Martes 28 de septiembre de 2010
Wenceslao
INICIO
Job 3, 1-3. 11-17. 20-23: ¿Por qué dio luz a un desgraciado?
Salmo 87: Llegue hasta ti mi súplica, Señor.
Lc 9, 51-56: Tomó la decisión de ir a Jerusalén
La ida (subida) a Jerusalén es una constante en el evangelio de Lucas. Jerusalén es el lugar donde Jesús consumará su misión, lugar en que han de morir los grandes profetas. Jesús, obediente a la voluntad del Padre, decide caminar hacia esta ciudad a pesar de las dificultades y oposiciones. Envía a dos mensajeros que entraron a Samaria a pedir alojamiento. Jesús se encontraba en la región de Galilea y le tocaba pasar por tierras samaritanas para llegar a Judea donde estaba ubicada Jerusalén. Los samaritanos no eran nada amigables con los judíos por razones históricas, y por eso, no quisieron recibir a Jesús, y más cuando se enteraron que se dirigía hacia Jerusalén. Santiago y Juan, a quienes el mismo Jesús apodó como “los hijos del trueno” (Mc 3, 17), querían enviar fuego/rayo del cielo, haciendo alusión al profeta Elías cuando pidió en dos ocasiones que bajara fuego del cielo para acabar con sus enemigos (2 Re 1, 10). Pero Jesús les reprende como signo de que no quiere la violencia para cumplir su misión. La invitación de Jesús es a que asumamos decididamente nuestra misión y que nuestro testimonio de vida sea coherente con nuestra opción
Wenceslao
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Job 3, 1-3. 11-17. 20-23: ¿Por qué dio luz a un desgraciado?
Salmo 87: Llegue hasta ti mi súplica, Señor.
Lc 9, 51-56: Tomó la decisión de ir a Jerusalén
La ida (subida) a Jerusalén es una constante en el evangelio de Lucas. Jerusalén es el lugar donde Jesús consumará su misión, lugar en que han de morir los grandes profetas. Jesús, obediente a la voluntad del Padre, decide caminar hacia esta ciudad a pesar de las dificultades y oposiciones. Envía a dos mensajeros que entraron a Samaria a pedir alojamiento. Jesús se encontraba en la región de Galilea y le tocaba pasar por tierras samaritanas para llegar a Judea donde estaba ubicada Jerusalén. Los samaritanos no eran nada amigables con los judíos por razones históricas, y por eso, no quisieron recibir a Jesús, y más cuando se enteraron que se dirigía hacia Jerusalén. Santiago y Juan, a quienes el mismo Jesús apodó como “los hijos del trueno” (Mc 3, 17), querían enviar fuego/rayo del cielo, haciendo alusión al profeta Elías cuando pidió en dos ocasiones que bajara fuego del cielo para acabar con sus enemigos (2 Re 1, 10). Pero Jesús les reprende como signo de que no quiere la violencia para cumplir su misión. La invitación de Jesús es a que asumamos decididamente nuestra misión y que nuestro testimonio de vida sea coherente con nuestra opción