Lunes 25 de octubre de 2010
Crisanto / Daría / Olga
INICIO
Ef 4, 32-5, 8: Vivan en el amor como Cristo
Salmo 1: Seamos imitadores de Dios, como hijos queridos.
Lc 13, 10-17: Mujer, quedas libre de tu enfermedad
Este bello pasaje, exclusivo del evangelista Lucas, nos muestra el significado del reino de Dios aconteciendo en la realidad humana. El reino y el reinado son exclusivos de Dios y los pobres. La mujer encorvada de la que nos habla el evangelio, esta “pequeña” del reino que responde al poder de Dios en su vida alabándolo, muestra que la acción salvífica de Dios manifestada en Jesús a través de la curación de esta mujer, está en oposición a los dirigentes religiosos, cuya visión sobre cuándo y cómo puede actuar Dios les restringe su enfoque ante la presencia del reino y la exigencia de transformar su vida en función de la salvación y liberación humanas. La acción misericordiosa de Jesús es cumplir y llevar a plenitud el designio salvífico manifestado a los profetas del Antiguo Testamento: devolver la vista a los ciegos, liberar a los cautivos de la opresión del mal y poner en práctica la misericordia divina, superando las barreras de las leyes que oprimen al ser humano. Jesús nos exige hoy el reconocimiento de la libertad y la soberanía de Dios en nuestras vidas para que esta actitud nos posibilite una entrega al servicio de la solidaridad y la justicia del Reino.
Colaboración Servicio Bíblico Latinoamericano
Crisanto / Daría / Olga
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Ef 4, 32-5, 8: Vivan en el amor como Cristo
Salmo 1: Seamos imitadores de Dios, como hijos queridos.
Lc 13, 10-17: Mujer, quedas libre de tu enfermedad
Este bello pasaje, exclusivo del evangelista Lucas, nos muestra el significado del reino de Dios aconteciendo en la realidad humana. El reino y el reinado son exclusivos de Dios y los pobres. La mujer encorvada de la que nos habla el evangelio, esta “pequeña” del reino que responde al poder de Dios en su vida alabándolo, muestra que la acción salvífica de Dios manifestada en Jesús a través de la curación de esta mujer, está en oposición a los dirigentes religiosos, cuya visión sobre cuándo y cómo puede actuar Dios les restringe su enfoque ante la presencia del reino y la exigencia de transformar su vida en función de la salvación y liberación humanas. La acción misericordiosa de Jesús es cumplir y llevar a plenitud el designio salvífico manifestado a los profetas del Antiguo Testamento: devolver la vista a los ciegos, liberar a los cautivos de la opresión del mal y poner en práctica la misericordia divina, superando las barreras de las leyes que oprimen al ser humano. Jesús nos exige hoy el reconocimiento de la libertad y la soberanía de Dios en nuestras vidas para que esta actitud nos posibilite una entrega al servicio de la solidaridad y la justicia del Reino.
Colaboración Servicio Bíblico Latinoamericano