Martes 26 de octubre de 2010
Darío / Evaristo
INICIO
Ef 5, 21-33: Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia
Salmo 127: Dichosos los que temen al Señor.
Lc 13, 18-21: El reino es como la semilla que crece y se hace un arbusto
Indudablemente el reino de Dios crece y se construye en la vida de los seres humanos a pesar de las oposiciones a su irrupción en la humanidad. El tema de estas parábolas es el del crecimiento progresivo de la acción del reinado de Dios. La comparación que hace Jesús del reino con dos realidades que forman parte de la vida cotidiana de su tiempo tiene un sentido profundo concreto: nos muestran el significado y el arraigo que tiene Jesús por mostrar su entrega y pasión al proyecto del Padre. Él nos da a conocer su convicción sobre el camino que ha de tomar para la implantación del reinado de Dios; esta implantación tiene que comenzar desde lo más pequeño, desde lo imperceptible. El reinado de Dios está abierto y debe constituirse en la realidad histórica con los que no cuentan, con lo ilegales, con los que la sociedad y los sistemas políticos y religiosos van desechando, considerándolos el “basurero” de la humanidad. Estas parábolas nos enseñan hoy a sus discípulos que tomando conciencia de la presencia suya en nosotros, tenemos que seguir haciéndole frente a la violenta oposición a los signos del reino en la vida de los seres humanos más débiles y empobrecidos.
Colaboración Servicio Bíblico Latinoamericano
Darío / Evaristo
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Ef 5, 21-33: Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia
Salmo 127: Dichosos los que temen al Señor.
Lc 13, 18-21: El reino es como la semilla que crece y se hace un arbusto
Indudablemente el reino de Dios crece y se construye en la vida de los seres humanos a pesar de las oposiciones a su irrupción en la humanidad. El tema de estas parábolas es el del crecimiento progresivo de la acción del reinado de Dios. La comparación que hace Jesús del reino con dos realidades que forman parte de la vida cotidiana de su tiempo tiene un sentido profundo concreto: nos muestran el significado y el arraigo que tiene Jesús por mostrar su entrega y pasión al proyecto del Padre. Él nos da a conocer su convicción sobre el camino que ha de tomar para la implantación del reinado de Dios; esta implantación tiene que comenzar desde lo más pequeño, desde lo imperceptible. El reinado de Dios está abierto y debe constituirse en la realidad histórica con los que no cuentan, con lo ilegales, con los que la sociedad y los sistemas políticos y religiosos van desechando, considerándolos el “basurero” de la humanidad. Estas parábolas nos enseñan hoy a sus discípulos que tomando conciencia de la presencia suya en nosotros, tenemos que seguir haciéndole frente a la violenta oposición a los signos del reino en la vida de los seres humanos más débiles y empobrecidos.
Colaboración Servicio Bíblico Latinoamericano