enero de 2011
Valero
INICIO
Hebreos 11,1-2.8-10: Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios
Interleccional: Lucas 1 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.
Mc 4,35-41: ¿Por qué son tan cobardes?
El relato que leemos hoy es ante todo una instrucción catequética entorno a la fe del discípulo y de la comunidad creyente. Marcos nos relata que Jesús, junto con los suyos, decide “pasar a la otra orilla”; es decir, al territorio de la Decápolis, lugar pagano y, según la mentalidad de la época, relacionado con el demonio. Jesús quiere que la Buena Nueva del Reino llegue a territorio pagano, pero las fuerzas del mal, representadas por el mar y la tormenta, no lo permiten y, en cambio, hace que los discípulos se angustien y se llenen de temor ante la inclemencia de las aguas. El mal parece haber triunfado, pues los discípulos se muestran impotentes frente a una situación tan aterradora; sin embargo, Jesús vence a la tormenta con sólo una orden. Esta actitud cobarde de los discípulos es cuestionada por Jesús, ya que es signo de una fe aún débil, que necesita señales prodigiosas o extraordinarias (sanaciones o milagros) para poder creer; no son suficientemente conscientes de la presencia salvífica de Jesús en medio de ellos. La fe del discípulo se caracteriza por reconocer que Dios se hace presente en su vida y en la comunidad, que actúa desde dentro y que desde allí salva.
buenas noches a todos
Valero
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Hebreos 11,1-2.8-10: Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios
Interleccional: Lucas 1 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.
Mc 4,35-41: ¿Por qué son tan cobardes?
El relato que leemos hoy es ante todo una instrucción catequética entorno a la fe del discípulo y de la comunidad creyente. Marcos nos relata que Jesús, junto con los suyos, decide “pasar a la otra orilla”; es decir, al territorio de la Decápolis, lugar pagano y, según la mentalidad de la época, relacionado con el demonio. Jesús quiere que la Buena Nueva del Reino llegue a territorio pagano, pero las fuerzas del mal, representadas por el mar y la tormenta, no lo permiten y, en cambio, hace que los discípulos se angustien y se llenen de temor ante la inclemencia de las aguas. El mal parece haber triunfado, pues los discípulos se muestran impotentes frente a una situación tan aterradora; sin embargo, Jesús vence a la tormenta con sólo una orden. Esta actitud cobarde de los discípulos es cuestionada por Jesús, ya que es signo de una fe aún débil, que necesita señales prodigiosas o extraordinarias (sanaciones o milagros) para poder creer; no son suficientemente conscientes de la presencia salvífica de Jesús en medio de ellos. La fe del discípulo se caracteriza por reconocer que Dios se hace presente en su vida y en la comunidad, que actúa desde dentro y que desde allí salva.
buenas noches a todos