AMIGOS QUE NO JUZGAN
En el momento de tomar decisiones es muy común
estar más pendiente
de nuestro entorno que de nuestras necesidades.
Pero si no actuamos de forma sincera con
nosotros mismos acabaremos por provocar un conflicto interno.
Cuando decido no actuar porque pienso que
el otro se va a molestar
o para no tener problemas pasa a estar en mi interior,
y todo lo que no dije en el momento concreto se instala dentro de mi y me genera un malestar,
tanto físico como psicológico.
Aprender a pensar en nosotros antes que en los demás es fundamental a la hora de tomar decisiones sanas,
teniendo claro que lo que elijo lo hago para mi
y no en contra de los demás.
Si algún amigo se siente mal por mis elecciones,
debería replantearme si es sincera su amistad.
Si existe un vínculo en el que podemos ser y sentirnos
libres y autónomos, sin condicionantes, es en la amistad.
Saber ser libres y autónomo es aprender a respetarme y aceptarme, así como respetar y aceptar a los demás.
La amistad se construye a partir de los diferentes
encuentros que tengo con la otra persona,
y se sostiene por la libertad que ella me otorga:
es preciso poder volar para elegir cuando volver al nido.
Si mi amigo no entiende que quiera volar,
quizá debemos separarnos, pues no somos
peregrinos del mismo camino.
Por Elizabeth Stump
En el momento de tomar decisiones es muy común
estar más pendiente
de nuestro entorno que de nuestras necesidades.
Pero si no actuamos de forma sincera con
nosotros mismos acabaremos por provocar un conflicto interno.
Cuando decido no actuar porque pienso que
el otro se va a molestar
o para no tener problemas pasa a estar en mi interior,
y todo lo que no dije en el momento concreto se instala dentro de mi y me genera un malestar,
tanto físico como psicológico.
Aprender a pensar en nosotros antes que en los demás es fundamental a la hora de tomar decisiones sanas,
teniendo claro que lo que elijo lo hago para mi
y no en contra de los demás.
Si algún amigo se siente mal por mis elecciones,
debería replantearme si es sincera su amistad.
Si existe un vínculo en el que podemos ser y sentirnos
libres y autónomos, sin condicionantes, es en la amistad.
Saber ser libres y autónomo es aprender a respetarme y aceptarme, así como respetar y aceptar a los demás.
La amistad se construye a partir de los diferentes
encuentros que tengo con la otra persona,
y se sostiene por la libertad que ella me otorga:
es preciso poder volar para elegir cuando volver al nido.
Si mi amigo no entiende que quiera volar,
quizá debemos separarnos, pues no somos
peregrinos del mismo camino.
Por Elizabeth Stump