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REDECILLA DEL CAMINO: Siempre excepcional, con un ambiente maravilloso, en...

por mi si canta para poder escucharle fenomeno, y si es bailable mejor,? es familia de tu h......?

si mujer, es yerno no las visto por ay

Rigoletto

(Giuseppe Verdi, libreto de Francesco Maria Piave)
Se estrenó en el año 1851. Está basada en la obra de teatro “Le Roi s'amuse” de Víctor Hugo. Consta de 3 actos y lleva en su letra amor, traición, pasión y venganza. Considerada la más completa de las óperas por tener melodía y drama.

La Traviata

(Giuseppe Verdi, libreto de Francesco Maria Piave)
Se estrenó en el año 1853 en Venecia. Está basada en la novela “La dama de las camelias” de Alejandro Dumas. Consta de 3 actos y tiene un desarrollo clásico. Una de las óperas más tocadas en la actualidad.

JUAN CARLOS GAGO TENOR
«El buen cantante tiene detrás muchas horas de soledad»
El artífice de 'Cantabria en la voz', que presenta el día 14 la nueva entrega de su exitoso proyecto, cree que el respeto para quien sube a un escenario debe ser máximo

Se ha curtido en las distancias cortas de la musicalidad, la poesía y el mensaje sin artificios. Entre los versos familiares, las lecturas, y ese magma inasible de la emoción, la voz, la lírica y la música se abrieron paso y adquirieron forma de tenor. Juan Carlos Gago es un cantante que pasa de etiquetas y sólo cree en el contacto con el público, en el directo y en esa honestidad que convierte un escenario no en un santuario, sino en el mejor y más verdadero camino para comunicar los frutos de cientos de horas previas de creación en soledad. Tras una larga y fecunda trayectoria mantiene con la ópera un vínculo de sensaciones encontradas, donde conviven el respeto, el sentido crítico, el distanciamiento y el convencimiento de que es un género que vive en el presente una profunda crisis. El santanderino nunca ha dejado a un lado sus querencias poéticas y sus mitos populares y ha revisitado, adoptado y acercado géneros y referentes musicales vertebrados por un único territorio común: la pasión y la creencia en lo que hacía. El próximo viernes firma la puesta de largo de su nueva criatura. En realidad, una prolongación coherente de un proyecto exitoso que funde lo popular y lo clásico y que ha sabido construirse sobre un andamio de recuerdos, melancolía, letras y música sin fecha de caducidad: 'Cantabria en la voz... de todos'.

Gago, en colaboración con la Consejería de Cultura y EL DIARIO MONTAÑÉS, ha profundizado en su personal aproximación a la música tradicional de la región que presentará en el Palacio de Festivales, en el transcurso de una Gala Benéfica. Gago ha contado en esta ocasión con el apoyo de María Elena Riaño en el piano; Íñigo Crespo en el contrabajo; Pablo Bermúdez con la guitarra; Jesús Córdoba en la percusión y del barítono Gonzalo Queipo.

- ¿Qué características y señas de identidad posee 'Cantabria en la voz... de todos'?

En principio, sigue las pautas del anterior proyecto. Es novedoso, que yo sepa en España se ha hecho algo parecido sólo en Asturias donde un tenor abordó algo similar pero con orquesta. Ese 'de todos' es lo que he descubierto con el primer disco. Hay muchísima gente que se acerca a las canciones montañesas, sobre todo con dos palabras que para mí son claves: la nostalgia y la historia. Esto es una cosa de todos, ahí reside su importancia, en el hecho de que es para toda la gente, para más humilde, para todo el pueblo. En el fondo se mantiene mucho la pureza inicial.

¿Por qué decidió afrontar una continuación de su proyecto? ¿No era necesario algo rupturista?

-Bueno, en este concierto sí hay momentos rompedores. En algunas canciones hay introducciones donde te puedes encontrar con música celta, barroca, fanfarria escocesa. Hasta que no empiezo a cantar no se sabe qué canción es. Por ejemplo, en 'Ya no va la niña'. A mí me regaló la partitura Alfredo Kraus y era dificilísima y la he cantado en conciertos clásicos. Por ello, soy de la opinión de que muchas canciones, incluso operísticas, están sacadas de lo popular. Eso es lo que verdaderamente tiene valor. En este sentido, lo más rompedor de 'Cantabria en la voz de todos' no es que yo sea un tenor. Es la primera vez en ocho discos que no utilizo lo de tenor, sólo Juan Carlos Gago. Al no ponerla todo resulta más cercano a la gente.

-Dicen que segundas partes nunca fueron buenas...

-Esta es una continuidad verdadera, sin cambios. Si paras y vuelves después de pasados unos años con una segunda parte es como si volvieras a empezar. Yo no he parado, porque algunas de estas canciones ya estaban incluidas en la gira de los conciertos. No lo veo como una segunda parte. Además es muy superior al arranque. Musicalmente ha ganado muchísimo. La guitarra le sugiere un carácter melancólico y romántico; y la percusión le da una fuerza brutal. De hecho, me tengo que parar para no moverme más en el escenario de lo que debo hacerlo. Y, luego, responde a la propia demanda. La gente me preguntaba cuándo salía otro disco que estaba implícito en el proyecto.

- ¿Qué criterios ha seguido para realizar la selección después de tener configurada ya una base?

-Bueno, en principio, por la nostalgia, por mis recuerdos. También tenía muchas ganas de hacer una cosa, y la he hecho en este disco. Primero, una canción sobre la mar, como reivindicación de los verdaderos hombres de la mar, la de los pescadores. Otra cosa que no soporto es la rivalidad de Santander con Torrelavega. Por eso, otra reivindicación del disco era unir a ambos.

- ¿Hay un filón por explotar en las raíces de la música popular?

-No concibo un tercer disco, no. Por lo menos hoy en día. Me veo más en el proyecto siguiente que es un boceto que está ahí, que es la Cantabria sinfónica. Eso sí que me gustaría hacer. Una especie de trilogía con una orquesta sinfónica, la Nacional de Cuba porque es una orquesta maravillosa y encima tiene nuestra raíz popular. Creo que tendría un éxito tremendo, con una orquesta de sesenta músicos con nivel internacional haciendo una selección de todos estos temas y con alguna orquestación especial. Además, todavía existe mucha gente que nunca ha oído una orquesta.

-Algunos se preguntarán que hace un tenor en un sitio como este...

-Sí, eso de qué hace un tenor musicalmente con Víctor Jara, por ejemplo; pues lo siguiente en mi cabeza es que me gustaría hacer algo de Elvis. Grabar algo de él porque le admiro. También en el campo de la poesía. En todo caso con mi actual proyecto estoy inmensamente feliz. Además, estos conciertos tienen una dificultad vocal tremenda, que nadie piense que es fácil.

- ¿Y qué les dice a los detractores de esa fusión entre lo popular y lo clásico?

-Vuelvo a insistir en lo de antes. Creo que lo clásico viene de lo popular. Pobre de aquél que renuncia al lugar de donde venimos. Esa gente no me interesa. Me interesa la crítica abierta. Por ejemplo, me han comentado que en Internet en un foro se dice: 'cómo estará de acabado que ahora canta moñigadas'. En realidad, con ese argumento lo que atacan es a la música de Cantabria, no a mí. Este tipo de críticas no me influyen. Yo abordo algo con el máximo respeto y respeto a cualquiera que se suba a un escenario porque es muy difícil; y sé que aquí se trabaja, hay muchísimas corales. Otro ejemplo, en el disco, es la última canción, 'Cantabria desde la emoción', dedicada a la gente que se tuvo que ir de Cantabria durante la dictadura. Un tema que se toca con un ukelele, un instrumento hawaiano, porque también queremos hacer de lo nuestro algo infinito.

- ¿Qué opina un músico de que Cantabria siga sin tener orquesta?

-Cantabria sí debería tener una orquesta y muy sólida. Pero tengo muy claro que si se quiere hacer una formación estable para el teatro, tiene que ser muy buena. En ese caso, sí soy partidario de crearla. Ahora bien, Cantabria necesita antes otras muchas cosas.

- ¿Y qué reflexiones le pasan por la cabeza sobre la manida, manipulada y, muchas vece inexistente, educación musical?

-Este tema es muy complicado. Las personas que nacen para ser artistas hay que estimularlas y fomentarlas. Hay otra parte que se basa en entender la música, en plan relajado, para que a un niño le venga bien y esté ocupado; todo eso me parece muy bien, pero tiene que estar separado del aprendizaje. Y, por supuesto, la música debería estar integrada en la educación cotidiana desde la base. Cuando canté por primera vez en Ucrania, el teatro estaba lleno de niños y era algo natural. Eso es lo bonito.

- ¿Cómo contempla en estos momentos la ópera? ¿Ve posibilidad de renovación?

-Ahora estoy impartiendo un curso sobre la ópera en la universidad y tengo a cuarenta personas de todo tipo, estudiantes, profesores de universidad, de profesiones distintas. El curso se ha abierto al público. Es un grupo totalmente heterogéneo. La ópera es posible: nostalgia, recuerdo, memoria y pasión. Sin esos ingredientes no existe. La ópera es voz, teatro, sentimiento. Sin embargo, como espectador veo que se tira de voces que no dan para esos papeles, se hacen malas versiones y con presupuestos bajos que no dan para más. La ópera está muy mal porque se ha acercado gente a la que, en realidad, no le gusta la ópera. La poesía, la literatura, la ópera siempre serán de minorías. Y el día que no lo sean, posiblemente, a los que estamos ahora en este mundo nos dejará de interesar.

- ¿Observa una nueva generación de voces?

-Ha habido una generación de voces españolas imposible de superar. Ahora veo una crisis porque hay quien tiene una voz enorme pero no canta, no tiene alma. El buen cantante lleva consigo muchas horas de soledad. Sólo así es como salen las cosas buenas.

- ¿Hay que hacer muchas concesiones para vivir de la música?

-El pasado sí las he hecho. La concesión más grande es aguantar, a veces, un ambiente que no te gusta. Me gusta la ópera pero es un mundo muy difícil, complicado, sobre todo cuando eres joven es terrible. La gente además te quiere llevar a terrenos que tú no quieres. Hay muchas envidias y, sobre todo, mucha gente ignorante y muy atrevida. Quien no haya pisado un escenario difícilmente puede juzgar, desde el punto de vista artístico y profundo, a alguien que lo vive desde dentro.

- ¿Qué momentos especiales de su carrera recuerda con más emoción?

-Eso siempre es difícil. Pero podría elegir tres conciertos y actuaciones correspondientes a etapas muy diferentes de concebir y sentir la música: desde luego, mi debut en el Auditorio Nacional de Madrid, lleno, cantando 'Carmina Burana'. Es de las pocas veces que he llorado en un escenario ante la respuesta de la gente. Por supuesto, el debut con el trabajo de Víctor Jara y, de verdad, el pasado año en la gala 'Cantabria en la voz'.

- ¿Qué criterios ha seguido para seleccionar los temas?

-Se eligieron por lo que a mí me decían, por esos recuerdos que también conllevan las letras para mucha gente. Además se ha tenido en cuenta el ámbito geográfico para que haya variedad.

- ¿Y cómo resultó la grabación? ¿Qué ha sido lo más difícil?

Siempre excepcional, con un ambiente maravilloso, en directo, sin trampas. Coordinarlo es difícil, aunque he tenido la suerte de contar con un equipo de personas magníficas, que se han volcado. La grabación lo que tiene es una cosa; es que está hecha en directo, salvo la percusión que se metió después. Si no todo sería muy frío. Esto de grabar la voz y luego la música es terrible. Otra cosa importante del proyecto, y no es peloteo, es el apoyo personal que he recibido del consejero.

- ¿Qué espera de esta cita del viernes en el Palacio?

-Me reitero en lo del año pasado, que haya mucha pasión y emoción.