San Vicente mártir:
Por los Reyes, lo conocen los bueyes; por San Vicente una hora en creciente; y por San Blas, una hora más: alude al crecimiento de los días tras el solsticio de
invierno. El 6 de enero, es casi imperceptible, pero ya los bueyes se percatan de un leve alargamiento de la jornada, y acusan el cambio porque deben trabajar más tiempo; ya por San Vicente (22 de enero), los días han crecido en una hora; y por San Blas (3 de febrero), en dos.