Llorar como una Magdalena: Es evidente el por qué, el
arte siempre pone a la Magdalena como anegada en llanto en el
Calvario. Dicho sea de paso, las magdalena que nos desayunamos, se llaman así por lo mismo; las metes en el café y al sacarlas, “lloran”. Que poder de asociación tiene la gente, oye.