El higo chumbo: 9000 años de antigüedad
Tras los estudios de restos humanos y semillas de las tunas, realizados por el investigador Calle en 1995, se puede afirmar que nuestro popular higo chumbo ha cumplido ya los 9000 años. También se sabe que antiguas culturas valoraban las propiedades medicinales de esta fruta silvestre que era capaz de bajar la fiebre con tan sólo tomar su jugo y de calmar dolores de muelas e inflamaciones aplicando sus pencas asadas
Aquí, por nuestra cuenca mediterránea, aparece procedente de México, como uno de los primeros productos traídos desde el Nuevo Mundo, como “higos de las Indias”, siendo en sus desembarcos por Cádiz, Sanlúcar y Sevilla, los primeros puntos de aparición y posterior extensión. Todo el Mediterráneo será inundado desde Andalucía a partir del siglo XVI.
Tras la conquista castellana, los moriscos expulsados los llevarían hacia el norte africano donde se le conoció como “higo de los cristianos”, repitiéndose la misma admiración por sus propiedades alimenticias. Las propiedades antiescorbúticas atribuidas al higo chumbo harían que, durante los viajes de la armada española en el siglo XVIII, fuera uno de los alimentos indispensables en sus bodegas, introduciendo de esta forma su cultivo en numerosos países del sur de África, Asia y Australia. También en este mismo siglo misioneros franciscanos lo llevarían a tierras de Norteamérica, concretamente a California, donde se conoce actualmente como “misión cactus”.