Consejos de verano.
La infancia y la vejez tienen bastantes semejanzas. Una de ellas tiene que ver con la hidratación, ya que en ambas etapas de la vida se resiente el sentido que invita a la ingesta de líquidos, esa señal que llega al cerebro cuando hay una ligera pérdida de agua y sales minerales en el organismo para alertar al cuerpo de la necesidad de beber. En los niños aún no está tan desarrollado y en los ancianos se debilita poco a poco, por lo que no beben y aumenta su riesgo de deshidratación. El siguiente reportaje ahonda en la necesidad de estar hidratados y da una serie de consejos para que niños y ancianos lo estén siempre
La infancia y la vejez tienen bastantes semejanzas. Una de ellas tiene que ver con la hidratación, ya que en ambas etapas de la vida se resiente el sentido que invita a la ingesta de líquidos, esa señal que llega al cerebro cuando hay una ligera pérdida de agua y sales minerales en el organismo para alertar al cuerpo de la necesidad de beber. En los niños aún no está tan desarrollado y en los ancianos se debilita poco a poco, por lo que no beben y aumenta su riesgo de deshidratación. El siguiente reportaje ahonda en la necesidad de estar hidratados y da una serie de consejos para que niños y ancianos lo estén siempre
Según estudios del Observatorio de Hidratación y Salud (OHS), más del 80% de los ancianos bebe menos de lo necesario. A esta falta de ingesta de líquidos se unen otras consecuencias de la edad como tener un sistema inmunológico y de la regulación de la temperatura más debilitados, pérdida de movilidad y del agua corporal, lo que hace que el impacto de la deshidratación sea mayor en ellos. De hecho, una hidratación correcta evitaría una de cada diez hospitalizaciones de personas mayores.
La causa de que los niños sean reacios a beber es que apenas tienen sed. Su sistema inmunológico está menos formado y, por tanto, están más expuestos a sufrir enfermedades y toleran peor los cambios de temperaturas. En ellos, uno de los motivos más frecuentes de deshidratación son las diarreas y gastroenteritis, más habituales en verano y que, a menudo, se asocian a una pérdida de líquidos.
La causa de que los niños sean reacios a beber es que apenas tienen sed. Su sistema inmunológico está menos formado y, por tanto, están más expuestos a sufrir enfermedades y toleran peor los cambios de temperaturas. En ellos, uno de los motivos más frecuentes de deshidratación son las diarreas y gastroenteritis, más habituales en verano y que, a menudo, se asocian a una pérdida de líquidos.
¿El cuerpo humano es de agua? El agua es un nutriente indispensable para el organismo humano, sobre todo cuando nacemos. Un bebé tiene un 74% de agua en su cuerpo en el momento de nacer; un adulto registra alrededor de un 65% de agua, aunque puede llegar al 80% en los riñones, pulmones y tejido muscular; y un anciano tiene menos cantidad