Se van los sueños, loco.
Se van pudriendo sin que se note apenas
sin hacer ningún ruido, ni cambiar de postura.
Como un azucarillo se deshacen,
son poso algunas horas
y al final
sólo el agua se despeña ruidosa
por los aliviaderos y racores de los años
que envueltos en rutina
enmohecieron,
son silencio en la tarde
almas del purgatorio, de por vida.
Luisa Arellano.
Se van pudriendo sin que se note apenas
sin hacer ningún ruido, ni cambiar de postura.
Como un azucarillo se deshacen,
son poso algunas horas
y al final
sólo el agua se despeña ruidosa
por los aliviaderos y racores de los años
que envueltos en rutina
enmohecieron,
son silencio en la tarde
almas del purgatorio, de por vida.
Luisa Arellano.