Los libros de historias y de leyendas acaecidas en tiempos pretéritos nos hablan con frecuencia de fascinantes viajes y aventuras por el
mar a bordo de espectaculares veleros e imponentes galeones cuyas quillas cortaban las
aguas abriéndose paso hacia horizontes siempre inciertos. En ocasiones, los vientos que hinchaban sus velas obedecían al mandato de obligaciones estratégicas o comerciales, mientras que en otras eran la codicia, la siempre caprichosa fortuna y el innato afán de aventura humano
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