necrópolis altomedieval, REGUMIEL DE LA SIERRA
NECRÓPOLIS ALTOMEDIEVAL DE REGUMIEL DE LA SIERRA
La comarca burgalesa de Tierra de Pinares atesora el mayor conjunto de poblados, necrópolis y eremitorios altomedievales de toda Europa. Uno de ellos es esta necrópolis excavada en la roca arenisca entre los siglos IX al XI.
La villa de Regumiel de la Sierra creció alrededor de este lugar sagrado. Incluso el templo que sustituyó a la primitiva iglesia altomedieval cubre con su fábrica muchas de las tumbas. Tras una reciente recuperación, año 2016, se pueden admirar 130 de estos elementos funerarios.
Conocidas por los lugareños como ‘Tumbas de los Moros’ fueron excavadas en la roca por hábiles canteros y en su mayoría presentan una orientación en función del sol, dependiendo de la época del año. Muchas presentan un diseño antropomórfico con la cabeza del difunto bien marcada.
En las últimas excavaciones aparecieron varias tumbas intactas que conservaban restos humanos y las tapas de piedra que cubrían los sepulcros. En uno de ellos se constató que el cadáver, quizá por ser muy alto, aparecía con la cabeza maltratada y las piernas fuera de la tumba.
Como han comprobado los arqueólogos, encabezados por Asier Pascual, las tumbas altomedievales cristianas, siglos IX y XI, fueron reutilizadas en época bajomedieval. Estos enterramientos más modernos conservaban un curioso ajuar con amuletos, anillos y cuentas de collar.
La comarca burgalesa de Tierra de Pinares atesora el mayor conjunto de poblados, necrópolis y eremitorios altomedievales de toda Europa. Uno de ellos es esta necrópolis excavada en la roca arenisca entre los siglos IX al XI.
La villa de Regumiel de la Sierra creció alrededor de este lugar sagrado. Incluso el templo que sustituyó a la primitiva iglesia altomedieval cubre con su fábrica muchas de las tumbas. Tras una reciente recuperación, año 2016, se pueden admirar 130 de estos elementos funerarios.
Conocidas por los lugareños como ‘Tumbas de los Moros’ fueron excavadas en la roca por hábiles canteros y en su mayoría presentan una orientación en función del sol, dependiendo de la época del año. Muchas presentan un diseño antropomórfico con la cabeza del difunto bien marcada.
En las últimas excavaciones aparecieron varias tumbas intactas que conservaban restos humanos y las tapas de piedra que cubrían los sepulcros. En uno de ellos se constató que el cadáver, quizá por ser muy alto, aparecía con la cabeza maltratada y las piernas fuera de la tumba.
Como han comprobado los arqueólogos, encabezados por Asier Pascual, las tumbas altomedievales cristianas, siglos IX y XI, fueron reutilizadas en época bajomedieval. Estos enterramientos más modernos conservaban un curioso ajuar con amuletos, anillos y cuentas de collar.