La llama olímpica llegó a Rezmondo en agosto de 1992 desde Valencia capital. pues fue mi sobrina selecionada, a llevar la llama olímpica por ser una de las mejores estudiantes de Valencia con matrícula de honor en telecomunicaciones.
¡A! como pasa el tiempo, vale que no conozca a la joven, pero a los mayores que son aproximadamente de mi quinta, estoy obligado a reconocerlos, y no los reconozco. Para un pueblo pequeño, es un orgullo tener alguien que destaque y si es en inteligencia, mejor.