LA JOYA
ROMÁNICA DE LAS CADERECHAS
El burebano
valle de Las Caderechas se ha hecho famoso en los últimos tiempos por la
primaveral floración de sus miles de
cerezos y por sus exquisitas
cerezas y manzanas reinetas. Pero este aislado enclave burgalés, que goza de un especial microclima y puede presumir de unos espectaculare
paisajes naturales, tiene mucho más. Un claro ejemplo de esto último es la
iglesia románica de los
santos Emeterio y Celedonio, en
Río Quintanilla. Aunque por su tamaño y asilamiento parece una
ermita, en realidad era la iglesia parroquial del desaparecido núcleo
medieval de Pinilla.
La iglesia de Río Quintanilla sigue el modelo de las construcciones del
románico rural de la comarca de La Bureba en la segunda mitad del siglo XII. Edificada con buena sillería de
piedra de toba —ligera y abundante en la zona— consta de nave única y cabecera con presbiterio recto y
ábside semicircular. Destaca la vistosa
espadaña que se alza sobre el
arco triunfal.
La nave del templo se divide en tres tramos separados por los contrafuertes que reciben la carga de los
arcos fajones del interior. En el tramo central se abre una
portada con arco de medio punto con sencillas arquivoltas aboceladas que apoyan en jambas acodilladas.
Cómo llegar
Desde la ciudad de
Burgos hay que tomar la BU-V5021, con dirección a
Poza de la Sal. Desde allí la CL-633 nos llevará hasta
Salas de Bureba y el ramal que se interna hacia
Aguas Cándidas y Río Quintanilla. La iglesia de
San Emeterio y San Celedonio se encuentra a medio
camino entre los dos
barrios de esta última localidad. Un señalizado camino cementado permite alcanzar las inmediaciones del templo.