En una pequeña altura junto al
río Ebro, en su margen izquierdo, al comienzo del
valle de
Manzanedo, junto a la
carretera que recorre todo el valle y en terreno desigual, está situado
RIOSECO, que también recibe el nombre de Riosequillo, a 9 km de Villarcayo y 72 de
Burgos.
Siente el calor y la compañía de la granja de
Remolino al otro lado del río,
Incinillas,
San Martín del Rojo y
Argés.
Ha estado siempre unido al
monasterio de
Santa María de Rioseco, casi formando parte de él, del que hay noticias, aunque no se ponen de acuerdo los
autores, en el siglo XII. Es dato seguro que los monjes se instalan definitivamente en él en el año 1196, aunque hay documentación anterior de este lugar, el 4 septiembre de 1139. Era, lógicamente, lugar de abadengo.
Con las granjas de alrededor sumaban 71 habitantes en 1848 según deja constancia Pascual Madoz en su Diccionario geográfico. En el año 1900, al revés
que la inmensa mayoría de los
pueblos de provincia, había descendido a 47 personas y más aún en la dura primera mitad del siglo XX, presentando en 1950 un
censo de 39 habitantes. Y aparece con 10 habitantes en el año 20002