Al norte de la provincia de Burgos y dentro de la histórica comarca de Las Merindades, las ruinas del antiguo Monasterio Cisterciense de Santa María de Rioseco se emplazan a la entrada misma del Valle de Manzanedo, a orillas del río Ebro y junto a la carretera que, en paralelo a él, comunica la Merindad de Castilla la Vieja con su capital Villarcayo a la cabeza con los valles más occidentales de Valdebezana, Zamanzas y el ya cántabro de Valderredible.