Tras un largo periodo de ostracismo entre los siglos XV y XVI,
Rioseco vivió un segundo renacimiento durante la decimoséptima centuria, siendo acometidas obras de ampliación. Este esplendor quedó cortado de raíz a principios del siglo XIX cuando, entre 1808 y 1809, estalla la Guerra de la Independencia y el
monasterio cae en manos de las tropas francesas, las cuales, expropian todos sus bienes obligando a la comunidad a exclaustrarse.