Ante la absoluta pasividad institucional y el más que patente riesgo de desaparición total del
monasterio, desde el año 2010 un colectivo de voluntarios constituido bajo el nombre de "Salvemos
Rioseco" viene desarrollando una encomiable labor en la que, paso a paso y con sus propias manos, trata de salvar esta joya histórica y artística de la irremediable
ruina a la que parecía condenado.