Al igual que el
claustro, la primitiva sala capitular fue desmantelada por completo para erigir en un lugar una nueva en el siglo XVII, tal y como nos indica en ella una inscripción con el año 1663. Recientemente y gracias a la labor del colectivo "Salvemos
Rioseco" la estancia ha sido techada y desbrozada por completo poniendo en valor una preciosa celosía de labor geométrica y su
bóveda de terceletes.