Algunos historiadores sostienen que puede tratarse de la antigua Rauda
romana. Por aquí pasaba una calzada romana que iba de Clunia a Astorga. Está situada sobre un espolón asomado al
río Duero que domina el
paisaje.
En el año 909 Munio Núñez, suegro del rey García I de
León, es nombrado conde de Amaya. Desde este punto será uno de los tres protagonistas de la expansión hacia el Duero repoblando
Roa de Dueroen el año de 912. Al mismo tiempo, el conde Gonzalo Fernández, padre del famoso Fernán González, reconquistó El Burgo de Osma y Berlanga de Duero. Así fue como quedó asegurada toda la línea del Duero.
En 975 una razia de Almanzor llega a Roa, volviendo a convertir la zona en lugar de batalla entre los dos reinos, musulmán y cristiano.
En 1143 Alfonso VII concede a Roa diversos privilegios, donando a esta villa las aldeas de su alfoz, aplicando el fuero de Sepúlveda. Este hecho se ratificó años más tarde por su nieto Alfonso X en 1274 y por Sancho IVen 1291. Actualmente se conservan dos copias de privilegio en la
Biblioteca de la Academia de
Historia, otra copia se conservaba en el Archivo de Roa, perdida con total seguridad a causa de los numerosos incendios del siglo XIX.
En el año 1295 la reina Violante de
Aragón, viuda de Alfonso X, ordenó la construcción de las
murallas de Roa, así como el procedimiento para realizar la vendimia. El recinto
amurallado serviría como solución a los diversos conflictos que la villa vivía con sus vecinos más próximos, al no ponerse de acuerdo para el cercado del muro de protección. Esta
muralla era alta y sólida, almenada y con doble muro, como describe Loperráez, contaba con seis
puertas que se abrían al
amanecer y se cerraban al
atardecer, además contaba con pequeños portillos para facilitar el paso de los vecinos.
Violante de Aragón: hija de Violante de
Hungría y Jaime I de Aragón El Conquistador, se casó con Alfonso X El Sabio. A la muerte de éste, la reina viuda se retira al
Monasterio de Valbuena, desde allí dicta numerosas reformas y leyes sobre los
pueblos y villas que recayeron bajo el poder de su difunto esposo; entre ellas, la conocida como Ordenanza de la Vendimia de Roa, dictada el 19 de marzo de 1295, para la construcción de las murallas y
castillo de Roa, y la normativa sobre el proceso de la vendimia.
En este bello marco de Roa de Duero, fue ejecutado el 20 de agosto del año, 1825, el famoso guerrillero de la guerra de la independencia, Juan Martín, (El Empecinado) y fue el rey Fernando, VII, quien mandó su ejecución, después de haber sido un verdadero defensor de
España y haberse dejado parte de su vida en las guerras de su época, años después se reconoció su gran patriotismo, pero como casi siempre tarde.
En el siglo XV Enrique IV entregó la villa como regalo a su favorito don Beltrán de la
Cueva (de ahí el lema del
escudo de la villa: "Quien bien quiere a Beltrán, bien quiere a su can"). Además otorga el derecho a la celebración de dos
ferias anuales que casi nunca llegaron a realizarse. Por otro lado, concede la celebración semanal de un
mercado para los martes,
tradición que desde 1465 se sigue llevando a cabo.
En Roa se encuentran restos de la muralla que doña Violante mandó construir para proteger la villa de continuos ataques. Las partes más importantes son la
puerta de
San Juan y un gran paño del muro
medieval que se encuentra en perfecto estado, se encuentra cerca de la
Plaza Mayor. La muralla no pudo ser conservada por la invasión de los franceses. Durante las Guerras Carlistas, que quemaron completamente la villa, destruyendo a su paso el castillo, gran parte de la muralla y provocando numerosos incendios que asolaron la Villa.
El 19 de agosto de 1825 fue ajusticiado en la plaza del
pueblo Juan Martín El Empecinado por orden de Fernando VII. El Empecinado había llegado hasta Roa tras ser apresado en Olmos de Peñafiel y conducido a la Villa de Roa, por ser cabeza del partido judicial de la época y disfrutar de fueros. Torturado y humillado, cuenta la leyenda que era exhibido en una jaula sobre un
carro en la plaza algunos días de mercado -los martes. Aun así, el día de su ahorcamiento consiguió "romper" las cadenas que lo apresaban en un último intento de acogerse al asilo que ofrecía el suelo de la
Colegiata, sin poder lograrlo.- (Un documento aparecido hace pocos años explica que previsoramente las habría limado con una lima que le habría hecho llegar un fraile, en un plan organizado para refugiarse en el "suelo sagrado" de la
iglesia, pero que él, al ver que un soldado francés llevaba su espada, regalo del rey del
Reino Unido, se anticipó y lo estropeó)-
En 1840, el general carlista Balmaseda incendia Roa mientras los habitantes de la villa están refugiados en Peñafiel.
Y en cuanto a su nombre, el profesor Guillermo Tejada opina que el nombre actual es un nombre traído, o recobrado, seguramente desde el N.-NE. de la Península a finales de la Alta Edad Media - (fue repoblada hacia el 912 por Nuño Núñez)- como "Roa" (< o "Roda") con el significado de "rueda/redonda/curva...", pero referido seguramente, como en el caso del "Ródano" en
Francia o "Roda del Ter" en España..., a la gran "curva o
arco" que hace el Duero/ o el Duero con el Riaza en sus proximidades. No mucho que ver seguramente con el antiguo "Rauda" -en latín, "ruda/tosca/basta..."-que aparece en los
mapas del Imperio
Romano; o sí, si entendemos que esta fuese una cacografía antigua de "Rhoda /Roda" - con el significado inicialmente expresado-; o, también, un hidrónimo redundante, "Rauda" (< desde " (A) Ra+uda", "río (-río)" - (junto al-)"; y que en la memoria medieval lo asociaran posiblemente al bastante usado por entonces, "roda", con varios significados similares en función de su nombre. Hasta 1988 aproximadamente, y seguramente desde el s. XIX, llevó el apelativo diferenciador "-de Duero"; es decir, su nombre oficial fue "Roa de Duero"; pero, por esas fechas, y desde instancias locales, inexplicablemente se pidió oficialmente la supresión de este diferenciador; lo que se consiguió; por eso su nombre actual es sencillamente ROA.