Mis abuelos siempre han tenido una casa en salas, justo enfrente de la fábrica de harinas... Me he pasado los veranos de mi infancia allí, me encanta ese pueblo, me trae buenos recuerdos... Un año antes de morir mi abuelo cambiaron la plaza. Sin mi abuelo, sin las escuelas y sin el templete de la plaza mis recuerdos se están borrando. Y sólo tengo 18... Cada vez hay menos cosas que me unan a Salas...
Un saludo a todos los salenses.
Un saludo a todos los salenses.