¡Sí señor!, Pedro Miguel, conocí la susodicha tejera y más de una vez nos sirvio de refugio contra el viento, la lluvia e incluso el frio en los duros dias del otoño, invierno y primavera. Estaba situada a esta altura concretamente, a la izquierda en dirección a Basconcillos. Mientras, pacian las yeguas en la pradera de enfrente. ¡Era el oficio del "guarín" que desempeñaba mi progenitor y en cuyo cometido participaba toda la familia!.
Un saludo agradecido Pedro Miguel por estos dulces recuerdos.