Qué terrible debía ser el esfuerzo de nuestras mujeres lavando por décadas la ropa familar en estas piletas conocidas como
lavaderos...quienes conocemos por experiencia la temperatura de estas
aguas...no podemos sino lanzar un viva a todas nuestras mujeres, abuelas, madres, esposas, hermanas e hijas.
En verdad hicieron méritos suficientes para ser condecoradas..y se merecen todo nuestro reconocimiento y todo nuestro amor.(PMB).