En el
Valle de
Manzanedo, al pie de los elevados cantiles calizos de la
sierra de Albuera y en las afueras del
pueblo de
San Miguel de Cornezuelo se levanta una sencilla
iglesia, fechada a mediados del siglo XII, en la que se pueden encontrar muchos de los elementos definitorios del
románico rural de este montañoso territorio del sur de Las Merindades.
Alejada unos cientos de metros del
caserío de San Miguel de Cornezuelo —en el que destaca el bien conservado conjunto de
casas de estilo montañés con solana de madera—, y protegida por una densa vegetación de
árboles y prados de siega aparece la inconfundible silueta de la iglesia de San Miguel Arcángel.
Señalada por su esbelta y más moderna
espadaña, uno de los signos distintivos de las
iglesias románicas de la zona, su planta muestra corta nave única, marcado presbiterio y
ábside semicircular. El bien conservado templo está construido con excelente sillería caliza labrada a hacha y asentada a hueso.
Merece mucho la pena acceder al claro del bosque sobre el que se alza la iglesia para disfrutar de su exterior. Además de su bien conservada
fábrica, gracias a la pericia de los canteros locales que intervinieron en su construcción, llaman la atención los motivos decorativos repartidos entre la bella
ventana abocinada del ábside y los
canecillos que decoran las cornisas del templo.