Su acceso se abre en el hastial occidental, bajo la
espadaña y protegida por un elevado
pórtico cubierto que a los lados muestra una especie de baptisterio y la empinada
escalera de acceso al cubo del
campanario. La
portada es amplia, de
arco de medio punto y abocinada. Las arquivoltas de escaso resalte, rematadas por una triple hilera de billetes protegen un curioso tímpano de tres piezas. La inferior es una gran losa que sirve de dintel y que está decorada con un
Árbol de la Vida cargado de
frutos.
En las dos piezas superiores del tímpano se puede ver a un hombre atacado por un
león y blandiendo una enorme espada y una
cruz patada. Por la tosca labra de estos motivos parece que salieron de la mano de unos canteros locales. En los
capiteles que rematan las
columnas de la portada se distinguen leones enfrentados y águilas con las alas extendidas. Si algunos expertos afirman que su labra es heredera y muestra influencias de distintos talleres cántabros, otros autores siguen señalando la influencia de la cercana
iglesia de
San Pedro de Tejada y el taller del
monasterio de Oña.