Su fama comenzó a atraer a los peregrinos de Santiago, desviándose del
Camino por visitarla. Especialmente en
verano, ya que es en la víspera del
santo (27 de julio) cuando la sangre en estado sólido pasa a líquido. En la actualidad, dicha reliquia se cree que es la que se conserva en el
Convento de la Encarnación de
Madrid.