... Pero mi mejor profesor en aquellas operaciones aritméticas fue otro niño, Nector, un año mayor que yo y con algún parentesco. él fue quien me enseñó a sumar o del que yo fui capaz de aprender con soltura. Era mi amigo y mi maestro particular.
¡Nector! Siempre le he recordado de una manera especial, muy especial en mi vida. Porque siendo un niño se fue para siempre no pudiendo vencer a la enfermedad. Era solo un niño y se murió. Se fue al cielo, me decía mi madre para consolar mi tristeza, mis lágrimas... Su ataúd era blanco y entre las juntas de sus cierres quedaron aprisionadas asomando al exterior algunas de las flores colocadas junto a él. Y aquella noche yo miraba emocionado, con sentimientos de confusión e incertidumbre a la imensidad de un cielo estrellado, como queriendo buscar un lugar donde situar al amigo que se fue siempre...
FDL
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¡Nector! Siempre le he recordado de una manera especial, muy especial en mi vida. Porque siendo un niño se fue para siempre no pudiendo vencer a la enfermedad. Era solo un niño y se murió. Se fue al cielo, me decía mi madre para consolar mi tristeza, mis lágrimas... Su ataúd era blanco y entre las juntas de sus cierres quedaron aprisionadas asomando al exterior algunas de las flores colocadas junto a él. Y aquella noche yo miraba emocionado, con sentimientos de confusión e incertidumbre a la imensidad de un cielo estrellado, como queriendo buscar un lugar donde situar al amigo que se fue siempre...
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