por Pedro Lozano
Huerta
Se menciona como
romano pero es cosa común que un
puente viejo, de
piedra y que se encuentre en (o cerca) de viejos núcleos o mansiones de origen romano, se le adjudique un origen romano. Las recientes prospecciones
aéreas que está haciendo la Universidad de
Cantabria en el
Valle del Odra indican que estas campiñas pudieran tener asentamientos
romanos (
Villadiego o Sasamón) o de
pueblos indígenas de autrigones, como en Peña
Amaya. Puede considerarse como segura la
vía romana auxiliar que unía Amaya con Segisamon (Sasamón) y aún otras más. Recientemente, he visitado el Puente de
San Miguel y su calzada romana y doy por cierto su posible origen bajoimperial aunque muy modificado. Bien es cierto que, en mi opinión, estos
puentes tuvieron un origen coyuntural y por tanto, su estructura debió de ser de maderamen; al consolidarse la mansio o
finca agrícola de Sasamón, los propietarios decidirían consolidarlo en piedra y con sus debidas rehabilitaciones o transformaciones en tiempos
medievales ha llegado hasta nosotros su impronta actual. Respecto al de Sandoval, no lo parece y si bien es cierto que se encontraba en la calzada romana que unía Amaia, Deobrigula y Segisamon, posiblemente se construyó en madera y por lo tanto, ha desaparecido, o bien, se construyó en
fábrica y alguna riada de consideración, se lo llevó por delante.
El puente de
Sandoval de la Reina es una bella obra de ingeniería; dispone de seis vanos y tiene una longitud aproximada de 40 metros. El tablero es horizontal aunque todavía subsiste un ligero apuntamiento en su justo medio. Los
arcos son irregulares, algunos parece que disponen del medio punto, otros son más abiertos o rebajados. Sería interesante conocer las zapatas y los arranques pues es fácil predecir que, debido a los arrastres de arenas y limos depositados junto a las
pilas, ahora se encuentran ocultos bajo estos depósitos, especialmente las
bóvedas de su margen izquierda. La vertiente más cuidada es la de
aguas arriba, donde la fábrica parece tener mejor factura. Las hiladas inferiores y medias de piedra caliza son lineales, están aceptablemente talladas y a buen seguro -muchas de ellas- se obtuvieron de los escombros de la vieja
ermita tardo-
gótica de San Juan derrumbada hace siglos. No obstante, son sillares desproporcionados, que no guardan relación. El resto del paramento es más irregular y grosero, propio de construcciones coyunturales bajo-medievales. Dispone de 2 tajamares semicilíndricos aguas arriba, alguno con manifiestos desperfectos en la actualidad. La descentralización de éstos, hace pensar en que el puente original era más corto, situándose los contrafuertes o tajamares de contención en el viejo cauce, más estrecho y profundo que el actual. El trabajo de la cara "aguas abajo" es aún más rústico y se mezcla la piedra ciclópea, sin desbastar, con sillares, sillarejo y, en general, mampostería descuidada (No cabe duda de que es una obra civil económica rural que ha dado un resultado espléndido..., aunque se echa en falta la labor de tallistas o labrantes). Se observan diferentes restauraciones y modificaciones realizadas a lo largo de siglos y quizás, la que consolida esta obra civil tendría lugar en el Clasicismo, período en el cual se renovaron profundamente muchos de los
caminos o calzadas de
Burgos y
Palencia. Es hecho es más comprobable en la factura de las bóvedas de margen derecha, con secciones en el dovelaje de mayor regularidad y disposición; puede que la adición de los tajamares semicilíndricos provengan de aquella época. Las salidas de madre e inundaciones por su margen izquierda son las que obligaron, probablemente desde el siglo XVI o XVII, a prolongar su tablero y añadir los tres arcos restantes, todo ello de factura rústica, como digo, pero eficiente. Sin duda, habrán existido otras intervenciones de restauración, consolidación o mejora de la estructura. Creo que data del año 2.007 la que se puede considerar más reciente y que ha permitido consolidad y elevar los tímpanos sobre arcos y reafirmar muros, tablero y cabeceras del puente. Los pretiles -si es que los tuvo- desaparecerían para permitir el tránsito de maquinaría agrícola y tractores. El
Ayuntamiento solicitó en 2.006 a la Confederación Hidrográfica del Duero el correspondiente permiso para rehabilitar el puente y las
bodegas anexas.