Santa Coloma también conocida como Santa Coloma de Tobalina es una pequeña localidad del municipio burgalés de Merindad de Cuesta-Urria, situada en la zona noroccidental del
valle de Tobalina, en una altura, muy próxima al pie de
monte de la
Sierra de Arcena, en la comarca de Las Merindades.
Su nombre aparece escrito por primera vez en la donación que hace el rey Sancho II de Castilla al Obispado de
Burgos para restaurar la diócesis de Oca.
Era lugar de realengo, es decir, gozaba de la protección del rey, al que pagaba tributos.
Se trata de una localidad con un núcleo urbano de pequeñas dimensiones que nunca ha tenido una gran población, incluso estuvo una temporada despoblado.
Tiene una
iglesia de pequeñas proporciones, dedicada a
San Silvestre, de planta rectangular con
alero moldurado, de comienzos del siglo XX. Su
ábside es también rectangular, más estrecho y profundo. La
portada es adintelada, sencilla. La
torre es una
espadaña rematada en pináculos, con dos huecos y dos
campanas.
Al norte de la localidad nos encontramos con monte de
pino, roble y sotobosque y el espacio de valle está dedicado al cultivo de secano de corte cerealista.