Construida en una magnífica
piedra sillar de
color rosáceo, el conjunto es de estilo
románico en transición al
gótico cisterciense (siglo XIV). Cuenta con una esbelta
torre cuadrada del año 1662 y con doble
ábside: uno poligonal gótico con
ventanal rasgado y otro rectangular con contrafuertes. La
portada es
gótica florida con
arco rebajado. El interior presenta una gran nave de estilo gótico y dos
capillas laterales con
columnas,
arcos apuntados y
bóvedas de crucería. El
retablo mayor es renacentista, pero retocado en el año 1795. En él ocupa un lugar destacado la figura de
San Martín Obispo.