MONASTERIO CISTERCIENSE
La abadía cisterciense de
Santa María de Bujedo de Juarros fue fundada durante la segunda mitad del siglo XII por el conde Marañón y su mujer doña Mayor García.
La
iglesia —toda su
fábrica está levantada con buenos sillares de arenisca rojiza propia de la comarca de Juarros— se construyó a principios del siglo XIII. Consta de una larga nave con seis tramos cubiertos con
bóvedas de crucería cuatripartitas que apean sobre
columnas adosadas al muro y que, como es habitual en la
arquitectura cisterciense, llegan a media altura y descansan sobre sencillas ménsulas. En estas y en los
capiteles de las mencionadas columnas se concentra la escasa decoración a base de motivos vegetales del templo. A los pies de nave se alza un
coro de principios del siglo XVI.
Después de más de 650 años ininterrumpidos de existencia, las leyes desamortizadoras de 1835 supusieron el final del monasterio cisterciense. Tras muchos años de abandono sus
ruinas fueron restauradas con fidelidad —en 1981 los trabajos recibieron el prestigioso
premio ‘Europa Nostra’— y han recuperado su pasada fisonomía.