Yo no me olvido de los ausentes ni de los presentes. Mi generación lentamente pero con paso firme se va. Otros nos preceden arraigando en diversos lugares donde la tierra es mas generosa. El gallo ya no canta y las
campanas están mudas. Desear
felicidad parece un sarcasmo, cuando ya sentados al borde del
camino esperamos a que ella acuda a la cita.