Santillán estuvo rodeada de
monasterios en la edad media. Es probable que esto fuese su orígen.
Aparece Santillán en un escrito
medieval: In alfoze de
Lerma medietatem ville que dicitur
San Julianini (Obipado, III). en el año 1075, lo cual nos revela que ya en el año 1075 existía con el nombre de San Julián = San tillán.
Los lugareños nos comentan que de siempre fue parada de postas.
Cuando los serranos llegaban a Lerma, paraban siempre aquí, y se organizaban.
Dicen también, que antes se llamaba La Aguilera, y que estaba un poco más abajo.
Que el nombre de Santillán le vino dado porque había un bandolero que operaba por la comarca, y no se le podía capturar, pero enviaron a un capitán que logró cogerles en este
pueblo, por lo que le cambiaron el nombre de La Aguilera, por Santillán, que era el nombre del capitán.
En las tierras que rodean la localidad, aparecen muchos esqueletos (hace 20 años aparecían cabezas solas con pelo, y en otro lugar los cuerpos). También apareció un esqueleto enterrado de pie.
Las
rejas de los arados sacan
piedras y restos de
casas. Son curiosas unas bolas pétreas de 30 centímetros de diámetro. Es muy probable que perteneciesen a una de las múltiples
ermitas que el Duque de Lerma levantó en las orillas del Arlanza.
La
iglesia tiene una
campana capaz de convertir el
granizo en
agua.
Santillán es pedanía de Lerma. De siempre, Lerma ha debído dinero a Santillán. (dicho popular)
Santillán, cuatro casas y un
corral. Eso decían antes de esta localidad, y los críos de Santillán respondían: En el corral hay un perro lanudo, le levantas el rabo y le chupas el culo.
Hace unos años, llegó un italiano a la localidad, alegrándose mucho, pues decía que llevaba muchos años buscando Santillán, pues sus descendientes provenían de aquí. Dió 1.000 pesetas a las mujeres para que pusiesen
flores a San Julián.
Todo el pueblo cree que San Julián les protege. Nunca nadie del pueblo se ha ahogado en el
río, ni ha sufrido mal en la
carretera.