La población, en la ribera del
río Mataviejas o Ura, conserva un interesante conjunto
monumental que incluye restos de
murallas, algunas casonas blasonadas, una
iglesia gótica, el
Museo de los Sonidos de la Tierra, –que expone instrumentos musicales de los cinco continentes– y, principalmente, el
monasterio del mismo nombre que le da fama.