Finalmente junto a la
Puerta de las
Virgenes podemos contemplar la
fachada de la Sala Capitular. Esta se localiza en la panda oriental del
claustro, como es norma en los
monasterios benedictinos. Sufrió una primera reforma en el siglo XVI, cuando se convirtió en
capilla funeraria de abades, modificando la obra
románica original. Pero esta reforma fue eliminada en el siglo XVIII, cuando sobre ella se construyó la capilla destinada a albergar los restos de
Santo Domingo. Finalmente fue restaurada en 1945. Lugar de gobierno del
monasterio y de capítulo de sus miembros desde el cual dirigía la vida monástica el abad. De esta sala solo queda el acceso a la misma, ya que la
arquitectura de su espacio interior fue totalmente modificada, quizá a la vez que se demolió el templo. Podemos ver cinco
arcos de medio punto. El central remonta el vano de acceso y las dos parejas laterales son vanos de iluminación.
La arquitectura y labra de sus elementos nos indica que su edificación corresponde al primer maestro del claustro. Enmarcan el acceso sendos grupos de cinco columnillas y el resto son pareadas, siendo todas ellas del estilo de la primera época: separadas, con éntasis y sustentando
capiteles con sus cestas muy separadas remontados por ábacos de sección convexa en su periferia. También la decoracion a modo de guardapolvo contínuo sigue lo visto en el resto del claustro. Algunos de sus capiteles son restaurados (llevan el símbolo "R" que los diferencia). Otros repiten motivos de carnosos acantos como en el claustro y hay un grupo que representa monos en cuclillas atados con sogas por cuello y patas, probablemente en alusión a las pasiones dominadas.