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Vista parcial del pueblo, SANTO DOMINGO DE SILOS

Despues de visitar la ermita volvemos de nuevo hacia la Plaza Mayor para desde esta darnos un paseo por el entramado urbano de la villa que conserva todavia un aire medieval de calles estrechas y empedradas donde se conservan las casas tradicionales de piedra, adobe y madera con numerosas casas blasonadas que dan muestra del poder que tuvo la villa en otro tiempo.
La villa se desarrolla como una aglomeración de edificios en torno a un cruce de caminos sin un esquema definido, formando estos edificios manzanas cerradas, que a su vez se rodean con más calles adyacentes, para continuar con más conjuntos edificatorios. En los sistemas constructivos de los edificios es predominante el uso del barro, aunque el uso de la piedra propio de la zona se deja ver en todas sus edificaciones en forma de muros de sillarejos en sus partes bajas, formando parte de los zócalos o incluso la formación de la planta baja al completo, dejando los pisos superiores para las estructuras de barro, generalmente sobre entramados de madera. La construcción en barro que se realiza se basa en muros de adobe con entramados de madera, los cuales frecuentemente presentan acabados de revoco, que se encalan de color blanco. Como tipología edificatoria predominante de la zona, son abundantes las viviendas de dos plantas, en las que la parte inferior se dedica a una actividad productiva, frecuentemente agrícola, mientras que la parte superior es la destinada a la vivienda familiar.
Se considera Arquitectura Tradicional al conjunto de construcciones que surgen de la implantación de una comunidad en su territorio y que manifiestan en su diversidad y evolución su adaptación ecológica, tanto a los condicionantes y recursos naturales, como a los procesos históricos y modelos socioeconómicos que se han desarrollado en cada lugar. Constituyen un destacado referente entre las señas de identidad culturales de la comunidad que la ha generado, y es el resultado de experiencias y conocimientos compartidos, transmitidos y enriquecidos de una generación a otra. Aunque son múltiples las variables que han sido tenidas en cuenta para caracterizarla, entre las que concilian un mayor consenso están: empleo de materiales extraídos del entorno inmediato; organización planimétrica y creación de espacios específicos adaptados a las condiciones medioambientales; utilización de técnicas constructivas y variados recursos estéticos resultantes de largos proceso históricos y que se han ido transmitiendo y readaptando a lo largo del tiempo. En su planificación y construcción, aun no siendo imprescindible, es frecuente la participación activa de quienes van a ser sus usuarios; si bien han sido y son los alarifes y artesanos locales (maestros de obra, carpinteros, alfareros, herreros…) quienes mejor conocen y han sabido adaptar los saberes ancestrales que se expresan en esta arquitectura.