Iglesia del siglo XVIII, construida sobre los cimientos de un templo anterior
románico, que alberga en su interior un muy interesante
museo medieval con piezas destacadas de ese período. La pieza más conocida sería su cáliz de
Santo Domingo (s. XI), un copón facturado en plata dorada formado por dos esferas (una en la copa y otra en la base) unidas por una caña anudada. El cáliz pudo ser facturado en el taller de orfebrería del propio
monasterio durante el abadiato del propio Santo Domingo. También de interés es el tímpano románico del siglo XII descubierto durante unas excavaciones de 1964 en lo que sería la cimentación del actual templo. Se trata de una
escultura que todavía conserva la policromía del siglo XIII y en la que se narra el Nacimiento, Presentación y Adoración de los Reyes. Otras piezas de interés son la arqueta relicario de los siglos XII-XIII, la
cruz gemada del siglo XIII, la imagen de
Santa Ana, la
Virgen y el Niño del siglo XIV, una cabeza
romana en bronce del siglo III (y que debió ser encontrada en Clunia) o la paloma eucarística del siglo XII.