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NOTA DE PRENSA
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Santo Domingo de Silos
3 religiones a la sombra del ciprés
H. J. / Santo Domingo de Silos - lunes, 10 de junio de 2013
La Abadía de Silos acoge un encuentro entre cristianismo, islamismo y judaísmo que aboga por el conocimiento y la tolerancia mutuos
Probablemente desde la Edad Media la abadía benedictina de Silos, con toda su carga simbólica y espiritual, no vivía un momento como el de ayer convertida en un lugar donde cristianos, musulmanes y judíos debatían sentados a una misma mesa y ante un auditorio de más de 70 personas.
Fue el alcalde de la localidad, Emeterio Martín, quien recordó el pasado plural de Santo Domingo para celebrar que en junio de 2013 volvía a revivirse un ambiente así. Como cuando en la localidad aún vivían los hebreos antes de su expulsión forzosa, y los artesanos mudéjares contribuían a la riqueza artística del artesonado, también durante unas horas una sala situada junto al claustro y a la sombra del legendario ciprés sirvió para el intercambio cultural y los llamamientos al conocimiento mutuo, el respeto y la tolerancia. El monasterio había vivido recientemente la experiencia de recibir a monjes budistas, pero nunca a representantes de las otras dos grandes religiones monoteístas.
El VI Encuentro Internacional de Silos, auspiciado por la Escuela de Pensamiento de la localidad, acogió un diálogo y una oración entre las creencias que será el preludio de otro evento, programado para el mes de octubre y vinculado al arte, que pretende continuar con la experiencia de diálogo que abrió la convocatoria de ayer.
La charla estuvo moderada por el profesor Miguel García-Baró, director de la Escuela, quien subrayó la necesidad de «sacar de la fuente espiritual de las religiones motivos para que las gentes convivan y cooperen» ante «la difícil situación de la tolerancia en el mundo». Y fue el propio abad del cenobio, Dom Lorenzo Maté, el encargado de abrir la jornada subrayando el «punto ético común a las religiones» basado en «saber compartir y ayudarnos».
Entre los ponentes se encontraba, representando a la Iglesia Católica, el burgalés Raúl Berzosa, obispo de la diócesis salmantina de Ciudad Rodrigo, quien reconoció que «ahora mismo la cercanía entre religiones parece complicada, pero lo está siendo porque se unen motivos extra religiosos, ideológicos y políticos», pues a su juicio «ninguna religión en sí misma tiene por qué ser violenta, tienen que ser mediaciones para buscar la paz y la justicia».
Berzosa lamentó el integrismo, como «un cáncer y una enfermedad de las religiones» que se convierte en males «sencillamente inaceptables», aunque insistió en que las distintas creencias tienen muchas cosas en común como la búsqueda de la felicidad individual, el desarrollo integral de los pueblos en todas sus dimensiones y la concepción de la vida como un lugar de paso orientado hacia otra dimensión trascendental.
Fuera prejuicios
También Abdelaziz Hammaoui, presidente del Centro Islámico de Valencia, abogó por destacar más lo que une a las religiones que lo que las separa. «Este tipo de eventos son necesarios hoy más que nunca porque nos ayudan a conocernos mejor y a quitar un montón de prejuicios que hay por ambas partes».
Como líder musulmán, sabe bien las dificultades primero de intolerancia y luego de problemas de integración por la que su comunidad ha pasado durante las últimas décadas. Pero ahora está convencido de que «la convivencia está mejorando entre las dos culturas gracias a la inmigración que hemos vivido durante 20 años en España». Además, «en las ciudades y en los barrios se produce una convivencia y un diálogo forzoso, estamos condenados a entendernos porque compartimos inquietudes comunes y nos estamos dando cuenta de que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa».
Y esas palabras las pronunciaba en el corazón de un lugar simbólico para el cristianismo y sin que nadie se sorprendiera. Algo impensable hasta hace no tanto tiempo en España, y que hoy en día todavía resultaría imposible en países donde el radicalismo religioso vuelve a imponerse en una peligrosa marcha atrás en la historia.
FUENTE. Diario de Burgos de hoy.
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Santo Domingo de Silos
3 religiones a la sombra del ciprés
H. J. / Santo Domingo de Silos - lunes, 10 de junio de 2013
La Abadía de Silos acoge un encuentro entre cristianismo, islamismo y judaísmo que aboga por el conocimiento y la tolerancia mutuos
Probablemente desde la Edad Media la abadía benedictina de Silos, con toda su carga simbólica y espiritual, no vivía un momento como el de ayer convertida en un lugar donde cristianos, musulmanes y judíos debatían sentados a una misma mesa y ante un auditorio de más de 70 personas.
Fue el alcalde de la localidad, Emeterio Martín, quien recordó el pasado plural de Santo Domingo para celebrar que en junio de 2013 volvía a revivirse un ambiente así. Como cuando en la localidad aún vivían los hebreos antes de su expulsión forzosa, y los artesanos mudéjares contribuían a la riqueza artística del artesonado, también durante unas horas una sala situada junto al claustro y a la sombra del legendario ciprés sirvió para el intercambio cultural y los llamamientos al conocimiento mutuo, el respeto y la tolerancia. El monasterio había vivido recientemente la experiencia de recibir a monjes budistas, pero nunca a representantes de las otras dos grandes religiones monoteístas.
El VI Encuentro Internacional de Silos, auspiciado por la Escuela de Pensamiento de la localidad, acogió un diálogo y una oración entre las creencias que será el preludio de otro evento, programado para el mes de octubre y vinculado al arte, que pretende continuar con la experiencia de diálogo que abrió la convocatoria de ayer.
La charla estuvo moderada por el profesor Miguel García-Baró, director de la Escuela, quien subrayó la necesidad de «sacar de la fuente espiritual de las religiones motivos para que las gentes convivan y cooperen» ante «la difícil situación de la tolerancia en el mundo». Y fue el propio abad del cenobio, Dom Lorenzo Maté, el encargado de abrir la jornada subrayando el «punto ético común a las religiones» basado en «saber compartir y ayudarnos».
Entre los ponentes se encontraba, representando a la Iglesia Católica, el burgalés Raúl Berzosa, obispo de la diócesis salmantina de Ciudad Rodrigo, quien reconoció que «ahora mismo la cercanía entre religiones parece complicada, pero lo está siendo porque se unen motivos extra religiosos, ideológicos y políticos», pues a su juicio «ninguna religión en sí misma tiene por qué ser violenta, tienen que ser mediaciones para buscar la paz y la justicia».
Berzosa lamentó el integrismo, como «un cáncer y una enfermedad de las religiones» que se convierte en males «sencillamente inaceptables», aunque insistió en que las distintas creencias tienen muchas cosas en común como la búsqueda de la felicidad individual, el desarrollo integral de los pueblos en todas sus dimensiones y la concepción de la vida como un lugar de paso orientado hacia otra dimensión trascendental.
Fuera prejuicios
También Abdelaziz Hammaoui, presidente del Centro Islámico de Valencia, abogó por destacar más lo que une a las religiones que lo que las separa. «Este tipo de eventos son necesarios hoy más que nunca porque nos ayudan a conocernos mejor y a quitar un montón de prejuicios que hay por ambas partes».
Como líder musulmán, sabe bien las dificultades primero de intolerancia y luego de problemas de integración por la que su comunidad ha pasado durante las últimas décadas. Pero ahora está convencido de que «la convivencia está mejorando entre las dos culturas gracias a la inmigración que hemos vivido durante 20 años en España». Además, «en las ciudades y en los barrios se produce una convivencia y un diálogo forzoso, estamos condenados a entendernos porque compartimos inquietudes comunes y nos estamos dando cuenta de que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa».
Y esas palabras las pronunciaba en el corazón de un lugar simbólico para el cristianismo y sin que nadie se sorprendiera. Algo impensable hasta hace no tanto tiempo en España, y que hoy en día todavía resultaría imposible en países donde el radicalismo religioso vuelve a imponerse en una peligrosa marcha atrás en la historia.
FUENTE. Diario de Burgos de hoy.
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