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DULCE JESÚS
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Cántico religioso
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Dulce Jesús, prodigio de hermosura,
Dulce Jesús, abismo de bondad:
Yo quiero amarte en esta vida oscura
Y espero amarte allá en la eternidad.
Del Serafín las amorosas llamas
Crecen al ver tu gloria y esplendor;
Tú, que en los cielos en tu amor inflamas,
Al mundo vienes a buscar amor.
En el pesebre lloras y te afliges;
Viendo cual frío está mi corazón
Y hambre, pobreza, y destierro eliges
para mostrar la fuerza de tu amor.
Cuando trabajas, bañan tu semblante
Perlas divinas, gotas de sudor:
¡Quién las guardara en copa de diamante
Cual ricas prendas de tu ardiente amor!
Las ciudades y campos de Judea
Tu poderío admiran y bondad,
Y en todos los milagros centellea
El fuego de tu inmensa caridad.
Azotes viles por mi amor padeces,
Y espinas crueles, ¡oh mi buen Jesús!,
Y en infame Gólgota falleces,
Lleno de oprobios puesto en la cruz.
Pides amor muriendo enamorado;
Frío desdén los hombres ¡ay! te dan;
Abráseme, Jesús, tu amor sagrado,
Arda mi corazón como un volcán.
con los trofeos de inmortal victoria
Vuelves al cielo insigne triunfador;
Y allí me ofreces tu esplendente gloria,
Tu mismo solo, tu infinito amor.
Dulce Jesús, prodigio de hermosura;
Dulce Jesús, abismo de bondad:
Yo quiero amarte en esta cárcel dura
Y te amaré allá en la eternidad.
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Cántico religioso
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Dulce Jesús, prodigio de hermosura,
Dulce Jesús, abismo de bondad:
Yo quiero amarte en esta vida oscura
Y espero amarte allá en la eternidad.
Del Serafín las amorosas llamas
Crecen al ver tu gloria y esplendor;
Tú, que en los cielos en tu amor inflamas,
Al mundo vienes a buscar amor.
En el pesebre lloras y te afliges;
Viendo cual frío está mi corazón
Y hambre, pobreza, y destierro eliges
para mostrar la fuerza de tu amor.
Cuando trabajas, bañan tu semblante
Perlas divinas, gotas de sudor:
¡Quién las guardara en copa de diamante
Cual ricas prendas de tu ardiente amor!
Las ciudades y campos de Judea
Tu poderío admiran y bondad,
Y en todos los milagros centellea
El fuego de tu inmensa caridad.
Azotes viles por mi amor padeces,
Y espinas crueles, ¡oh mi buen Jesús!,
Y en infame Gólgota falleces,
Lleno de oprobios puesto en la cruz.
Pides amor muriendo enamorado;
Frío desdén los hombres ¡ay! te dan;
Abráseme, Jesús, tu amor sagrado,
Arda mi corazón como un volcán.
con los trofeos de inmortal victoria
Vuelves al cielo insigne triunfador;
Y allí me ofreces tu esplendente gloria,
Tu mismo solo, tu infinito amor.
Dulce Jesús, prodigio de hermosura;
Dulce Jesús, abismo de bondad:
Yo quiero amarte en esta cárcel dura
Y te amaré allá en la eternidad.
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