VII Fiesta de los Jefes / Silos
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En llamas para defenderse
Belén Antón / Silos - domingo, 31 de enero de 2016
La celebración tradicional, declarada de Interés Regional, reunió ayer a varios centenares de personas que disfrutaron de la búsqueda de los Jefes, de Las Crestas, de La Carrera de San Antón y de las hogueras
Llamas, humo, caos, animales en estampida… La estrategia que ideó un vecino de Silos para evitar que un ejército musulmán tomara la villa al hacerles creer que ésta estaba ardiendo, resultó ser un éxito. Siglos después, para recordar y conmemorar esta hazaña, comenzó a celebrarse en Santo Domingo de Silos la Fiesta de los Jefes, que alcanza este fin de semana su XVII edición y que supone una suma de tradiciones.
Declarada de Interés Turístico Regional, la Fiesta de los Jefes de Silos volvió a prender de fuego ayer las calles de la villa. Al caer el sol, y con el entramado urbano a oscuras, comenzaron a encenderse hogueras por las vías próximas a la Plaza Mayor. Los Jefes, a caballo, recorrieron cada fogata a la vez que exaltaban los dulces nombres de Jesús y María. Mientras, eran seguidos por personas que portaban antorchas y por jóvenes y niños vestidos con borrego y portando cencerros que hacían sonar para simular ser el ganado que se escapa de los establos en llamas, como en su día hicieron creer a los moros que pretendían asediar Silos.
Aunque ‘Silos en Llamas’ es uno de los momentos más emotivos de esta celebración por el significado que tiene, la Fiesta arrancó por la mañana con la concentración en la Plaza Mayor de hombres con capas, los cabezas de familia de la villa, acompañados de sus bellas y elegantes damas. A su lado estaban los borregos, jóvenes y niños que con sus cencerros se encargaron de poner sonido a esta Fiesta, cada vez más multitudinaria y que llenó la villa de varios centenares de personas, entre participantes y visitantes, que disfrutaron de esta tradición en la que se vuelca todo el pueblo.
La comitiva partió de la plaza para pasar a buscar a cada uno de los protagonistas de esta fiesta. La primera parada sirvió para recoger a José Javier Hombrados, portero durante más de una década de la selección española de balonmano y pregonero de esta edición. Tras degustar gachas en su casa, se pasó a recoger al tamborilero, Raúl Martínez, y después a los tres Jefes, el Cuchillón (Andrés del Álamo), el Abanderado (Víctor Izco), y el Capitán (Ricardo Alonso).
En casa de cada uno se pudo degustar pastas y moscatel y una vez todos juntos se pronunció por primera vez la frase característica de esta fiesta: ¡Viva nuestra devoción al Dulce nombre de Jesús y de María! Y se comenzó la marcha hacia el patio de San José del monasterio benedictino, donde la comitiva, encabezada por el alcalde Emeterio Martín, saludó al abad Dom Lorenzo Maté. Tras desfilar y ondear la bandera, el grupo se dirigió a la Plaza Mayor, donde se vio el desfile que sirvió para presentar oficialmente esta fiesta.
José Javier Hombrados fue el encargado del pregón. Durante el mismo recordó el valor de Silos, por su historia, su románico y su gregoriano. «Es importante su pasado y también su futuro, y sobre todo sus vecinos y su valor, como el que demostraron para defender este pueblo, y eso os tiene que llenar de orgullo», señaló. Tras el pregón, el Ayuntamiento de Silos y el CIT, entregaron dos diplomas, uno a Javier Martínez Lago, subdelegado de Defensa en Burgos; y otro a Salvador Domingo Mena, por su dedicación y apoyo desde su trabajo como Jefe de la Unidad de Cultura de la Diputación.
Ya por la tarde, el protagonismo de la fiesta pasó a actividades con caballos, que este año ha contado con un número mayor que otras ediciones, superando en varios jinetes la veintena. Primero tuvo lugar Las Crestas, un ritual donde los Jefes, sobre su caballo, tuvieron que atrapar unos gallos que colgaban de una soga. Una vez que cada uno de los tres jefes consiguió esa prenda, y que sirve para preparar la sopa que después cenaron, el resto de caballistas intentaron coger, a lomos de su animal, otras prendas colgadas de esa misma cuerda, entre ellos chorizos y morcilla, mientras daban vueltas a un circuito. Por cada una de las prendas que cogieron tuvieron que pagar una cantidad de dinero, todos menos Rubén Alonso García, que fue el que se impuso después en la Carrera de San Antón, que se celebra por el entramado urbano y donde gana el caballo más rápido.
Hoy domingo, el día está consagrado a las Benditas Ánimas. A las 13.30 habrá Misa de Acción de Gracias; a las 14, entrega de los despachos a los Jefes; a las 17, Rosario de las Ánimas y Procesión de las Letanías. La fiesta concluirá después, con la aclamación de los nombres de Jesús y de María.
Fuente: Diario de Burgos de hoy.
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En llamas para defenderse
Belén Antón / Silos - domingo, 31 de enero de 2016
La celebración tradicional, declarada de Interés Regional, reunió ayer a varios centenares de personas que disfrutaron de la búsqueda de los Jefes, de Las Crestas, de La Carrera de San Antón y de las hogueras
Llamas, humo, caos, animales en estampida… La estrategia que ideó un vecino de Silos para evitar que un ejército musulmán tomara la villa al hacerles creer que ésta estaba ardiendo, resultó ser un éxito. Siglos después, para recordar y conmemorar esta hazaña, comenzó a celebrarse en Santo Domingo de Silos la Fiesta de los Jefes, que alcanza este fin de semana su XVII edición y que supone una suma de tradiciones.
Declarada de Interés Turístico Regional, la Fiesta de los Jefes de Silos volvió a prender de fuego ayer las calles de la villa. Al caer el sol, y con el entramado urbano a oscuras, comenzaron a encenderse hogueras por las vías próximas a la Plaza Mayor. Los Jefes, a caballo, recorrieron cada fogata a la vez que exaltaban los dulces nombres de Jesús y María. Mientras, eran seguidos por personas que portaban antorchas y por jóvenes y niños vestidos con borrego y portando cencerros que hacían sonar para simular ser el ganado que se escapa de los establos en llamas, como en su día hicieron creer a los moros que pretendían asediar Silos.
Aunque ‘Silos en Llamas’ es uno de los momentos más emotivos de esta celebración por el significado que tiene, la Fiesta arrancó por la mañana con la concentración en la Plaza Mayor de hombres con capas, los cabezas de familia de la villa, acompañados de sus bellas y elegantes damas. A su lado estaban los borregos, jóvenes y niños que con sus cencerros se encargaron de poner sonido a esta Fiesta, cada vez más multitudinaria y que llenó la villa de varios centenares de personas, entre participantes y visitantes, que disfrutaron de esta tradición en la que se vuelca todo el pueblo.
La comitiva partió de la plaza para pasar a buscar a cada uno de los protagonistas de esta fiesta. La primera parada sirvió para recoger a José Javier Hombrados, portero durante más de una década de la selección española de balonmano y pregonero de esta edición. Tras degustar gachas en su casa, se pasó a recoger al tamborilero, Raúl Martínez, y después a los tres Jefes, el Cuchillón (Andrés del Álamo), el Abanderado (Víctor Izco), y el Capitán (Ricardo Alonso).
En casa de cada uno se pudo degustar pastas y moscatel y una vez todos juntos se pronunció por primera vez la frase característica de esta fiesta: ¡Viva nuestra devoción al Dulce nombre de Jesús y de María! Y se comenzó la marcha hacia el patio de San José del monasterio benedictino, donde la comitiva, encabezada por el alcalde Emeterio Martín, saludó al abad Dom Lorenzo Maté. Tras desfilar y ondear la bandera, el grupo se dirigió a la Plaza Mayor, donde se vio el desfile que sirvió para presentar oficialmente esta fiesta.
José Javier Hombrados fue el encargado del pregón. Durante el mismo recordó el valor de Silos, por su historia, su románico y su gregoriano. «Es importante su pasado y también su futuro, y sobre todo sus vecinos y su valor, como el que demostraron para defender este pueblo, y eso os tiene que llenar de orgullo», señaló. Tras el pregón, el Ayuntamiento de Silos y el CIT, entregaron dos diplomas, uno a Javier Martínez Lago, subdelegado de Defensa en Burgos; y otro a Salvador Domingo Mena, por su dedicación y apoyo desde su trabajo como Jefe de la Unidad de Cultura de la Diputación.
Ya por la tarde, el protagonismo de la fiesta pasó a actividades con caballos, que este año ha contado con un número mayor que otras ediciones, superando en varios jinetes la veintena. Primero tuvo lugar Las Crestas, un ritual donde los Jefes, sobre su caballo, tuvieron que atrapar unos gallos que colgaban de una soga. Una vez que cada uno de los tres jefes consiguió esa prenda, y que sirve para preparar la sopa que después cenaron, el resto de caballistas intentaron coger, a lomos de su animal, otras prendas colgadas de esa misma cuerda, entre ellos chorizos y morcilla, mientras daban vueltas a un circuito. Por cada una de las prendas que cogieron tuvieron que pagar una cantidad de dinero, todos menos Rubén Alonso García, que fue el que se impuso después en la Carrera de San Antón, que se celebra por el entramado urbano y donde gana el caballo más rápido.
Hoy domingo, el día está consagrado a las Benditas Ánimas. A las 13.30 habrá Misa de Acción de Gracias; a las 14, entrega de los despachos a los Jefes; a las 17, Rosario de las Ánimas y Procesión de las Letanías. La fiesta concluirá después, con la aclamación de los nombres de Jesús y de María.
Fuente: Diario de Burgos de hoy.
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