Más allá del estrecho
pasadizo de
San Juan y en una
gruta cercana al manantial de Tobares, siguiendo la senda que nace tras la cabecera de la
iglesia parroquial de
Santa María, aparece una pequeña necrópolis
medieval, compuesta por unas tumbas antropomorfas que ocupan una sola
roca. Casonas de
piedra dorada cuajadas de
escudos nobiliarios, correspondientes a linajes descendientes de los foramontanos que poblaron el primitivo alfoz de Siero procedentes de Polientes y de Escalada y que posteriormente se transforma en el
Valle de
Sedano. Destacan las
casas de los Guevara,
Huidobro, Arratia y Bustillo, esta última dentro de una hermosa heredad. La villa está considerada como conjunto histórico, declarado el 24 de junio de 1993, BOCyL de 30/06/1993 y BOE de 05/08/1993.