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Iglesia de San Pedro Apóstol. Espadaña, torreón y nido de cigüeña, SORDILLOS

Iglesia de San Pedro Apóstol. Su estilo es de transición entre el románico y el gótico del siglo XIII, aunque muy restaurada en el siglo XVIII. Su planta es de cruz latina con una sola nave.

Sus habitantes celebran su fe en una iglesia, dedicada a San Pedro, Apóstol.
Es renacentista con elementos tardorrománicos, de una nave con pilastrones y óculos y pequeños canecillos historiados. Su ábside es rectangular, también con pilastrones hasta el alero. La portada, de medio punto, está cobijada en un pórtico amplio con dos altos arcos de medio punto con impostas. Y tiene una curiosa torre formada por dos espadañas: una alta, de dos cuerpos, rematada en cruz con cuatro huecos góticos y dos campanas y otra en su lateral, más baja, rematada en bola
con dos huecos y dos campanillos.
La pila es renacentista con borde moldurado, acanalados amplios y pie biselado poligonal con molduras; y el retablo mayor es barroco, salomónico, de Juan Galerón, probablemente en 1678.
Sus libros parroquiales comienzan en 1594.
Cuenta con un puente antiguo sin pretil, de dos ojos de medio punto, con tajamar en el centro.
Hubo un antiguo monasterio de monjes premostratenses

La localidad de Sordillos, situada entre Villadiego y Melgar de Fernamental, tiene interesantes orígenes monásticos. Según la historia, se atestigua aquí la fundación del monasterio de san Pablo para religiosas premonstratenses. Una de sus religiosas, la beata Radegunda, parece que vivió y murió emparedada en la celda que se mandó construir en la propia iglesia. La comunidad debió extinguirse hacia el año 1300, pues desde esa fecha en adelante ya no hay referencia alguna a dicho lugar monástico, aunque sí se conservaba parte del viejo cenobio convertido en eremitorio.

La iglesia de este pueblo es de origen tardorrománico, aunque profundamente transformada desde el siglo XVIII. Una sola nave dividida en tres tramos. Luce una esbelta espadaña con dos niveles de troneras y remate a piñón. Junto a esta aparece un discreto torreón también con espadaña.

Existe también una escalera de caracol correspondiendo a la antigua fábrica. Cerca aparece una cornisa románica soportada por cuatro canecillos de formas geométricas.

Como sucede en otras tantas torres, suele en esta de Sordillos poner su nido la cigüeña, apunte de rigor por lo esbelto y bello de su situación. Aquí la solidez de la espadaña asegura la estabilidad de la vivienda para estas aves zancudas. Sin duda, una hermosa y bucólica estampa.