La localidad de
Sordillos, situada entre
Villadiego y Melgar de Fernamental, tiene interesantes orígenes monásticos. Según la
historia, se atestigua aquí la fundación del
monasterio de
san Pablo para religiosas premonstratenses. Una de sus religiosas, la beata Radegunda, parece que vivió y murió emparedada en la celda que se mandó construir en la propia
iglesia. La comunidad debió extinguirse hacia el año 1300, pues desde esa fecha en adelante ya no hay referencia alguna a dicho lugar monástico, aunque sí se conservaba parte del viejo cenobio convertido en eremitorio.
La iglesia de este
pueblo es de origen tardorrománico, aunque profundamente transformada desde el siglo XVIII. Una sola nave dividida en tres tramos. Luce una esbelta
espadaña con dos niveles de troneras y remate a piñón. Junto a esta aparece un discreto
torreón también con espadaña.
Existe también una
escalera de caracol correspondiendo a la antigua
fábrica. Cerca aparece una cornisa
románica soportada por cuatro
canecillos de formas geométricas.
Como sucede en otras tantas
torres, suele en esta de Sordillos poner su
nido la
cigüeña, apunte de rigor por lo esbelto y bello de su situación. Aquí la solidez de la espadaña asegura la estabilidad de la vivienda para estas aves zancudas. Sin duda, una hermosa y bucólica estampa.