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Torreón, TAGARROSA

Ancha es Castilla” … y, a veces, sorprendente.

Desconocida durante siglos, la fortaleza de planta rectangular que, en alzado, tiene un perfil de pirámide truncada, con las cuatro paredes ligeramente inclinadas hacia el interior. De piedra compacta y robusta A sus lados tiene adosadas sendas viviendas de construcción relativamente reciente (siglo XIX). Exteriormente, está construido con piedras de mampostería y sillarejos en las esquinas. Tales piedras son, en su mayoría, areniscas, las habituales en la zona. En algunos puntos, sobre las piedras aparecen revoques de mortero, de época incierta. Pero interiormente, la torre está construida de tierra, de paredón, o tapial.

En la fortaleza de Tagarrosa se utilizó paredón, asociado con piedra de mampostería en los muros (y de sillería en los arcos-bóvedas de la 1ª planta). Según las plantas, se utilizaron combinaciones diversas de tierra y piedras de mampostería:

En la planta baja, encontramos dos muros paralelos de mampostería, el interior vertical y de anchura constante y el exterior, de anchura decreciente. Entre ambos, hallamos un relleno de barro apelmazado. La planta baja debía ser más resistente ante posibles ataques desde el exterior con máquinas de demolición. Los muros de la planta baja debían sostener de manera sólida y estable las estructuras (umbral, jambas y arco escarzano) de sillería que componen la puerta y la ventana de la planta 1ª.

En las plantas 1ª y 2ª, la tierra del paredón es visible desde el interior. No existe muro interior de piedras de mampostería. Parece que no se utilizaron tableros a ambos lados, sino sólo en la parte interior mientras en el exterior se usaron como molde las propias piedras de mampostería.

Y en la planta 3ª, los muros, aún bastante gruesos (1,15 m), son sólo de tierra: paredón puro. estos murros tenían que soportar menor carga y no estaban en peligro de ataques con arietes u otras máquinas. Además estaban relativamente protegidos de la lluvia por los aleros del tejado.

Las paredes “rotas” para crear el acceso a la planta baja muestran claramente que las piedras de mampostería no se añadieron como revestimiento con posterioridad a la construcción de la torre, sino que se fueron colocando al mismo tiempo que se construía toda la pared, pues la tierra aparece incrustada entre las piedras irregulares, rellenando los huecos existentes entre ellas. Tal cosa no ocurriría si las piedras hubieran sido añadidas como refuerzo a un paredón de tierra preexistente.

La torre es similar a la de Covarrubias, considerada de época mozárabe (siglo X) por los arcos de herradura existentes en su entrada y en su interior, pero construida al parecer sobre los restos de una torre romana anterior. La torre de Covarrubias y la de Tagarrosa, se asemejan por semejanza visual, su perfil tronco-piramidal, el empleo de mampostería (en la de Covarrubias, sólo la base, más antigua) y su planta rectangular.

El inicio de la construcción de una y otra torre tendría que ser la época visigoda o romana. Dado que no consta ninguna referencia arqueológica ni documental acerca de edificios visigodos de estas características, tenemos que plantear la hipótesis de que la torre de Tagarrosa y la base de la de Covarrubias sean de época romana.

Escudo de los marqueses de Claramonte en la fachada de la casa anexa a la torre de Tagarrosa. En ambos casos, se trata del mismo escudo “partido”, con la mitad izquierda correspondiente al blasón de los marqueses de Claramonte y la mitad derecha a los Balderrábano.

La torre parece haber sufrido pocas reconstrucciones o modificaciones estructurales importantes, considerándose como auténtica y original. El ejército romano construyó numerosas fortificaciones de todos los tipos y tamaños a lo largo y ancho del Imperio, especialmente en las zonas fronterizas. Una turris romana era una pequeña fortificación aislada que funcionaba como torre de vigilancia, como estación de señales o ambas cosas a la vez. Al precio, esas torres se construyeron de madera y más tarde de piedra (a partir del siglo II). Las dimensiones de de tales torres solía ser de 4,8 a 6 m. de lado y, generalmente estaban rodeadas por un foso y una empalizada.

La torre de Tagarrosa tiene en su interior 4 plantas:

La planta baja no tenía entrada alguna desde el exterior y sólo se podía acceder a ella bajando por una escalera interior (que aún existe) en el ángulo Oeste de la torre, desde la planta primera.

En la planta 1ª, en el lado sureste, se hallaba la única entrada desde el exterior que estaba a más de 3 metros de altura. Se supone que se accedía a ella por una escalera móvil que podía ser retirada desde el interior de la torre.

En la actualidad, esta entrada está oculta por la casa adosada a la cara sureste, pero es accesible desde la planta 1ª de dicha casa y desde el interior de la torre.

Este acceso único permite entrar tanto a la 1ª como a la 2ª planta, pues, justo a la izquierda de la entrada, arranca la escalera que asciende a la planta superior, de tal manera que se podía acceder a la planta 2ª (militar) sin pasar por la planta 1ª (vivienda y dormitorio).

En la parte posterior de la 1ª planta de la torre existe el hueco de una “ventana”, que no debe ser original, pues la pared parece estar “rota” y el dintel de la ventana está formado exclusivamente por “cargaderos” de madera, no muy bien dispuestos. Además, esta ventana, por su escasa altura desde el suelo, representaría un incomprensible y peligroso “agujero de seguridad”.

Uno tiene la impresión de que la estructura interior de la torre no ha sido modificada respecto a la original. Es posible que se hayan sustituido materiales, pero, por ejemplo, la ubicación y el diseño de las escaleras son probablemente los originales. Por ejemplo, la entrada única a la 1ª planta no se halla situada de forma simétrica en el centro de la fachada, sino bastante desplazada a la izquierda.

Una posible explicación podría ser que este desplazamiento se debe a que, de esta manera, la escalera que desde la entrada asciende directamente a la planta 2ª tiene sus 2 tramos apoyados directamente en dos de las paredes de la torre. De todos modos, aunque no podemos estar seguros de que la actual distribución interior de la torre sea la original, no dejan de ser curiosas dos cosas:

La planta 2ª, con función militar, está dividida por una pared interior en dos estancias, comunicadas a través de la puerta situada en el centro. No sabemos si esta división corresponde a la torre original o es posterior. Tiene en tres de sus lados sendas ventanas muy estrechas, excepto en la cara noroeste, donde no tiene ninguna abertura, probablemente por razones climatológicas, pues esa cara está expuesta a los gélidos vientos del norte. Una de las aberturas está tapada actualmente por la vivienda de la cara sureste.

La planta 3ª tiene una altura reducida (de 1,90 junto a los muros), se halla cubierta con tejado a 4 aguas y es usada actualmente como palomar. El acceso desde la 2ª planta a la 3ª se efectúa con una escalera de mano, ubicada junto al vértice norte de la torre.

Desde esta 3ª y última planta se podía salir a través de la “ventana” de la cara sureste a la balconada exterior de madera, que rodeaba toda la torre y permitía vigilar los contornos y/o enviar señales luminosas (de noche) o de humo (de día). Al mismo tiempo esta 3ª planta cumplía una función de aislamiento térmico, muy necesario en climas extremados como el de esta zona de Castilla.

En la torre de Tagarrosa, si examinamos con un poco de atención la parte alta de los muros, a unos 2 metros debajo del alero del tejado, podremos ver una serie de agujeros alineados horizontalmente y situados a intervalos regulares, cuya función debió ser la de contener maderas insertadas para sostener la balconada usada por los soldados que vigilaban el exterior.

Tales agujeros aparecen en las cuatro caras de la torre y en todas ellas a la misma altura.
Algunos han sido tapados por sucesivos revoques de las paredes con cemento o mortero. Se aprecian especialmente bien los situados en el lado noroeste de la fortaleza.

La antigua estructura que sostenía el tejado tenía muchas vigas de madera de haya, algo inusual en la zona. En la cubierta actual, instalada hace pocos años, las vigas son de madera de pino, más pesada que la de haya, lo que probablemente ha contribuido al deterioro de la pared del lado Suroeste, ya debilitada por su rotura producida al construir una entrada a la planta baja, usada como cuadra. A principios de Julio del 2013, la estabilidad de la pared del lado suroeste está seriamente amenazada.