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La cueva de la Guandilla, TALAMILLO DEL TOZO

En el valle de Salcedo, a media cuesta, dentro de un risco de poco más de un metro de ancho, encontramos un árbol pegado a las rocas: un roble; junto a él, una cueva. Trepar por dicho árbol es el único modo de acceder a la cueva, en cuyo interior solía criar un ave rapaz: la Guandilla. Más pequeña que el buitre, con las plumas del cuerpo blancas y las de las alas, negras, esta especie de ave autóctona acabó por extinguirse en los años 70. Recuerdo que cuando mis amigos y yo éramos jóvenes, soliamos trepar por el roble para ver las crías de la Guandilla. Ahora, años después, le enseño estos lugares a mi nieta Estela, al pie del roble en la foto, que disfruta de la naturaleza tanto como yo. Patricio.
(2 de Noviembre de 2020)