A la derecha de la carretera que une Villadiego con Herrera de Pisuerga, a la que le une un ramal de 2 km, en terreno levemente desigual, hallamos a TAPIA DE VILLADIEGO, a 5 km de Villadiego y 43 de Burgos.
Siente el calor y la compañía de Villanoño, Villadiego, Barruelo de Villadiego, Villusto, Sandoval de la Reina, Villanueva de Odra y Villahizán de Treviño.
Encontramos su nombre citado por primera vez hacia 1250 por el padre Enrique Flórez en su “España sagrada” entre los pueblos que aportaban a la mitra burgalesa y según declaración de sus pobladores en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada en 1752, pertenecía al señorío del duque de Frías.
Habitaban el lugar 143 personas en el año 1848, como atestigua Pascual Madoz en su Diccionario geográfico. En sintonía con la inmensa mayoría de los
pueblos de la provincia, creció en la segunda mitad del siglo XIX hasta llegar a 303 habitantes en el año 1900. Siguió creciendo en la dura primera mitad del siglo XX y presentaba en 1950 un censo de 330 personas. Pero los persistentes embates de la emigración han hecho mella en él, dejándolo reducido a 62 habitantes en el año 2000.