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Placa en recuerdo a Franz Lotze, TARANCO

Perteneciente al pueblo de Taranco pero apartada del casco urbano se encuentra una pequeña ermita no especialmente llamativa. Una campa se extiende frente a la misma y, en el inicio, un monolito en el que se puede leer este texto

“Caminante: En este solar, quince días contados del mes de septiembre del año 800 del ncimiento de cristo, al dictado del abad Vitulo, el notario Lope escribió por primera vez el nombre de CASTILLA. Así quedó certificado para la historia el nacimiento del pueblo que desde este valle alcanzó todos los confines de la tierra con su idioma y con su concepto del hombre y de la vida. Bien merece este lugar tu reflexión respetuosa. Amigos del Monasterio de Taranco”.

En efecto, el escrito al que se refiere la inscripción es el documento fundacional del Monasterio de Taranco, fechado en el año 800, al que se le asignan una serie de propiedades entre las que se encuentran algunas en un territorio que, por vez primera, se denomina “Castilla”. Una minúscula demarcación que con el tiempo acabaría constituyéndose en unos de los reinos más poderosos del planeta.

Los datos sobre el antiguo monasterio son muy escasos, aunque es evidente que nunca llegó a ser un centro de demasiada influencia. Probablemente vivió una época de cierto esplendor en los siglos IX y X, en el paso de peregrinación hacia la recientemente descubierta tumba del apóstol Santiago. En el XI pasa a depender de San Millán de la Cogolla limitándose su rastro documental posterior a algunas transacciones.

Apenas quedan algunos indicios del antiguo monasterio en el templo actual, algunas piedras y arcos empotrados. Se encontraba en estado de ruina a finales de los años ochenta del siglo pasado. Es entonces cuando se crea, liderada por el menés José Bustamante, la Asociación de Amigos del Monasterio de Taranco.

Su objetivo es poner en valor la importancia histórica del lugar y recuperar el templo; tarea que se llevó a cabo en los siguientes años. Hoy en día, Los amigos del Monasterio de Taranco siguen convocando a todos los interesados para reunirse cada quince de septiembre para conmemorar este hecho que no debe perderse en la memoria de todos los castellanos.

Como complemento a este breve artículo aconsejo consultar el amplio análisis publicado en el blog “El correo de las Matas”, incluyendo un vídeo descriptivo de la celebración correspondiente a este año 2015 (coincidiendo además con el 25 aniversario de la constitución de la Asociación)

En la fachada se conserva una inscripción recordatoria de José Bustamante, recientemente fallecido. Junto a la misma hay otra similar relativa a Franz Lotze, un prestigioso geólogo alemán que fue uno de los principales impulsores del estudio de la Geología en España.

Pasó largas temporadas en nuestro país, lugar que él mismo consideraba como su segunda patria, entre los años veinte y cincuenta del siglo pasado. Según parece incluso contrató a una mujer natural de Villasante para enseñar castellano a sus hijos. En 1957, cuando su labor era ya internacionalmente reconocida, se instaló durante una temporada en el valle de Mena, dejando, como vemos, una marcada impronta en el paisanaje.