Este Sami es la monda. Anteayer lo llevé de paseo, y la mala suerte que viera un gato muy raro. Redondo, grande y muy feo. Se puso como una fiera y mucho me costó sujetarlo, pero lo logré. A regañadientes lo dejó pasar. Lo ves tan pacífico algunas veces, y otras, se pasa de bravo. Igual que los ríos, que unas veces se secan y otras se desbordan. La naturaleza es así.